El asado que provoco quiebre entre la dirigencia de Colo Colo con Gustavo Quinteros
Tras el asado, Quinteros perdió respaldo en Colo Colo y se oficializó su salida este viernes.
La temporada de Colo Colo concluyó, consiguiendo un campeonato pero dejando varias incertidumbres para el año venidero. Con este final, también se cerró la etapa de Gustavo Quinteros como líder del equipo, concluida mediante una decisión directiva que resultó en un 6-3 en contra de su permanencia en el estadio Monumental.
Los informes iniciales señalan que no únicamente los logros deportivos incidieron en esta resolución, sino también su gestión en ciertas circunstancias. Una de estas fue el incidente Jordhy Thompson, que para el Club Social y Deportivo no fue manejado adecuadamente después del incidente del joven futbolista.
De acuerdo con datos obtenidos por En Cancha, un momento decisivo llevó al grupo gobernante a oponerse a la renovación de Gustavo Quinteros. Y como ha ocurrido antes, esto involucró un asado.
No obstante, no se trató de una cuestión de indisciplina. Sucedió antes del encuentro crucial que enfrentó Colo Colo contra Unión Española en la penúltima jornada del Campeonato Nacional, cuando aún tenían posibilidades matemáticas al título de Primera División. En un clima de camaradería, mientras compartían una parrillada en el Monumental con empleados y futbolistas, la directiva consideró apropiado iniciar diálogos sobre la continuidad del DT.
Aquí comenzó el conflicto. Descrito por los testigos como un “tono arrogante”, Quinteros expresó su molestia, recordando cómo fue el salvador del equipo que evitó su primer descenso en 2020, a pesar de contar con un plantel limitado. Enfatizó que, para alguien que rescató la reputación del club en su momento más crítico, el apoyo no fue suficiente.
Con un tono cada vez más tenso, Quinteros citó como ejemplo la renuencia del club a dejar ir a Emiliano Amor a mitad de año, quien sufrió una lesión grave y estuvo ausente casi toda la temporada. Afirmó que la responsabilidad era del equipo médico, no de él o su equipo, y se quejó de no haber liberado ese espacio para conseguir un reemplazo en la segunda mitad del año, a pesar de sus reiteradas peticiones.
El debate se intensificó en torno a Darío Lezcano, a quien Quinteros comunicó repetidamente, tanto en público como en privado, que no contaba con él. Su estrategia era agotar al paraguayo para que se marchara, dejando claro a Blanco y Negro que era un recurso perdido que no contribuiría más a los objetivos del año.
¿La respuesta de la administradora? Quinteros fue quien insistió en su fichaje a principio de año, y quien no logró prepararlo físicamente para rendir. ¿Por qué, entonces, incurrir en los costos de un finiquito o perder dinero en una cesión desfavorable por algo de su casi total responsabilidad?
Esto, curiosamente, es muy similar a la reciente explosión de su hijo Sebastián en redes sociales, frente a las críticas de los aficionados.
Gustavo Quinteros perdió el rumbo en Colo Colo
El error de Quinteros fue que, después de esa reunión, Colo Colo perdió ante Unión Española en el Monumental y se despidió de su aspiración al bicampeonato. Días después de su marcada postura, perdió su principal respaldo futbolístico y, prácticamente, selló su destino en el club.
Aunque el DT reiteró su deseo de quedarse, incluso rebajando sus exigencias económicas, la decisión estaba prácticamente tomada, especialmente por un sector oficialista cansado de él. Por eso, ni siquiera el título de la Copa Chile fue suficiente para cambiar el panorama. La salida de Quinteros ya estaba decidida, y este viernes se oficializó.
Ahora, el directorio de Blanco y Negro ya inició la búsqueda de un nuevo entrenador, mientras el argentino nacionalizado boliviano se va, probablemente afectado por su propio error en un asado que no olvidará fácilmente.