“Es cierto que somos reemplazables…”: Mariana Derderian impacta con su reflexión más profunda tras meses difíciles

Mariana Derderian conmovió en redes con una potente reflexión sobre la autenticidad y el valor de lo que somos, tras la pérdida de su hijo Pedro

La actriz Mariana Derderian volvió a generar una ola de reacciones en redes sociales con un video cargado de sensibilidad y verdad, publicado en su cuenta de Instagram, donde reflexionó sobre el valor de la autenticidad y la importancia de ser uno mismo por sobre las apariencias.

Es cierto que somos reemplazables. Somos reemplazables en lo que hacemos. Pero no somos reemplazables en lo que somos”, comenzó diciendo la intérprete, en un mensaje que rápidamente se viralizó por su profundidad y sinceridad.

“Sí, para la pega, pero no para lo importante”

En su reflexión, Derderian profundizó en una idea que tocó el corazón de miles de usuarios:
Lo que tú eres, lo que tú transmites, lo que tú contagias, no lo puede hacer otro. Así que no es cierto que todos somos reemplazables. Sí, para la pega, pero no para lo importante”, expresó la actriz con serenidad.

El video acumuló cientos de comentarios en pocas horas, con seguidores destacando su fortaleza y la calma con la que ha enfrentado los últimos meses. Muchos coincidieron en que su mensaje transmite una sabiduría nacida desde el dolor y la experiencia.

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El proceso de Mariana Derderian tras la pérdida de su hijo

Cabe recordar que la actriz ha vivido uno de los momentos más duros de su vida tras la trágica muerte de su hijo Pedro, de seis años, hecho que marcó profundamente su mirada sobre la vida y el amor.

En una entrevista anterior con el programa Only Fama, Mariana compartió una reflexión que vuelve a resonar con fuerza en sus recientes palabras:
Creo que la muerte te enseña a vivir, te hace sentir vivo y te hace entender qué es lo importante, quiénes son las personas… hay un viaje hacia adentro que es inevitable”.

Su mensaje, sencillo pero poderoso, recordó a muchos la importancia de valorar la esencia por sobre lo material, y de reconocer que, aunque el tiempo cambie nuestras circunstancias, lo que realmente somos nunca puede ser reemplazado.