“Siempre me dijo que debíamos llevar una vida más…”: la CRUDA confesión de Álvaro Ballero sobre la advertencia de Ludmila antes del quiebre

Álvaro Ballero habló del quiebre con Ludmila Ksenofontova y reconoció errores económicos que marcaron el final del matrimonio.

Álvaro Ballero

A meses de confirmar el fin de su relación, Álvaro Ballero sigue enfrentando uno de los periodos más complejos de su vida. El exchico reality abrió nuevamente su corazón para explicar cómo una suma de conflictos emocionales y financieros terminó por desgastar su matrimonio con Ludmila Ksenofontova, tras 17 años juntos.

Un quiebre que dejó huellas profundas

La separación, confirmada en septiembre pasado, no fue un punto final sencillo. Ballero ha reconocido públicamente que el término lo golpeó con fuerza, tanto en lo emocional como en lo físico, al punto de iniciar un proceso de terapia.

Hace algunas semanas, el propio Álvaro compartió una reflexión íntima en redes sociales, donde dejó ver el foco que hoy guía sus decisiones:
“Solo me enfoco en ser mejor persona para mis hijos y misteriosamente para mi ex, digo misterioso, porque mi naturaleza me podría hacer sentir todo lo contrario, pero el foco debe ser la paz para todos”.

Las tensiones que se acumularon en la relación

En una conversación más extensa en el programa Primer Plano, el ganador de Protagonistas de la Fama detalló los problemas que, con el tiempo, fueron debilitando la relación: celos, dificultades de comunicación y, especialmente, un escenario económico cada vez más complejo.

El peso de las decisiones financieras

En el reportaje previo a la entrevista, Ballero reconoció que durante años mantuvieron un nivel de gastos que superaba ampliamente sus ingresos. Una situación que se agudizó tras su salida de Canal 13, hace ya tres años.

Ese desequilibrio económico los llevó a tomar decisiones difíciles, como la venta del departamento donde vivía la familia.

La advertencia que no supo escuchar

Al referirse a ese periodo, Ballero fue autocrítico y asumió su responsabilidad en el rumbo que tomó la situación.
“Claramente yo arrastro una deuda muy importante, muy importante. Si yo no hubiese vendido el departamento, yo no tenía cómo vivir. Porque es una familia muy grande, una familia de cuatro cabros donde siempre quise darles la mejor educación”, explicó.

Luego profundizó en las renuncias que, a su juicio, debieron haberse hecho antes:
“Quizás no debiéramos haber llevado a los niños al colegio que los llevamos, debiésemos haber ido a un colegio más barato, no debiésemos haber vivido en la comuna que vivíamos, no debiese haber tenido el auto que tenía”.

Un mea culpa sin rodeos

El propio Álvaro reconoció que estas decisiones fueron personales y que su esposa le advirtió en reiteradas ocasiones que era necesario ajustar el estilo de vida a la realidad económica que enfrentaban.

“Esos fueron errores míos. Ludmila siempre me advirtió que debíamos llevar una vida más acorde a la realidad que tenemos”, concluyó.

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Un testimonio marcado por la autocrítica y el aprendizaje, donde Álvaro Ballero intenta reconstruirse, asumir sus errores y avanzar con un solo objetivo: preservar la paz familiar y el bienestar de sus hijos.

Instagram - Álvaro Ballero y Ludmila Ksenofontova