Para advertir a la humanidad de sus acciones y de cómo ponen en peligro la supervivencia de la especie, en 1947 se inventó el Reloj del Juicio Final, un reloj ficticio
Valiéndose de su profesión, el hombre se aprovechaba de la debilidad de sus pacientes para abusar sexualmente cuando estaban bajo los efectos de los sedantes