Israel aprobó la construcción de 3.400 viviendas en Cisjordania, desatando rechazo internacional y críticas por su impacto en la paz.
El gobierno israelí dio luz verde este miércoles a un plan urbanístico que contempla la edificación de 3.400 viviendas en Cisjordania ocupada, una decisión que, según sus detractores, podría partir en dos el territorio palestino e imposibilitar la conformación de un futuro Estado con continuidad territorial.
El anuncio fue realizado por el alcalde de la colonia israelí de Malé Adumim, Guy Yifrah, quien expresó: “Me complace anunciar que hace apenas una hora la administración civil aprobó la planificación para la construcción del barrio E1”.
Rechazo internacional
La iniciativa, conocida como proyecto E1, ha desatado una fuerte oposición en la comunidad internacional. La ONU y la Unión Europea pidieron públicamente a Israel desistir de su ejecución, advirtiendo que compromete seriamente las perspectivas de paz en la región.
Por su parte, el ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, líder de la extrema derecha, llamó a acelerar el proceso e incluso a anexar Cisjordania. Esto, como respuesta a los anuncios de varios países que han manifestado su intención de reconocer un Estado palestino.
Voces críticas dentro de Israel
La ONG Paz Ahora, contraria a la colonización, calificó la medida como un riesgo histórico: “plan fatal para el futuro de Israel y para cualquier posibilidad de una solución de dos Estados”, alertó la organización.
Contexto en Cisjordania
Actualmente, fuera de Jerusalén Este —ocupado y anexado por Israel— residen en Cisjordania unos tres millones de palestinos, además de cerca de 500.000 colonos israelíes. La ONU considera ilegales estas colonias bajo el derecho internacional.
La política de asentamientos se ha mantenido desde 1967 bajo gobiernos de distinto signo, aunque en el último tiempo se ha intensificado, especialmente tras el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, luego del ataque de Hamás contra Israel.
Restricciones y violencia en aumento
La situación ha derivado en un aumento de los enfrentamientos entre palestinos locales, colonos y el ejército israelí, algunos de ellos con desenlaces mortales. A esto se suman las severas restricciones de movimiento impuestas por Israel, que obligan a los palestinos de Cisjordania a depender de permisos para cruzar controles y acceder a Jerusalén Este o al resto de Israel.

