Preocupación mundial por Starlink: cada día caen hasta dos satélites de Elon Musk a la Tierra, y la cifra seguirá aumentando

Expertos advierten que los satélites Starlink están cayendo a la Tierra con mayor frecuencia debido al impacto de las tormentas solares.

Starlink

La red de satélites Starlink, desarrollada por SpaceX, enfrenta una compleja situación. En los últimos meses, las tormentas solares han afectado seriamente su funcionamiento, reduciendo la calidad del servicio de Internet y acortando la vida útil de los dispositivos que orbitan la Tierra.

Según el astrofísico Jonathan McDowell, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, cada día entre uno y dos satélites Starlink caen hacia la Tierra, un fenómeno que podría intensificarse en los próximos años.

“Hasta cinco reentradas diarias”: el riesgo que alerta a los científicos

En conversación con EarthSky, McDowell explicó que la combinación de la intensa actividad solar y la corta vida útil de los satélites podría provocar hasta cinco reentradas diarias.

“Se habla de un ciclo de reemplazo de unos cinco años, lo que se traduce en cinco reentradas diarias. No está claro si China reducirá la órbita de los suyos o simplemente nos acelerará hacia el síndrome de Kessler”, afirmó el experto.

El “síndrome de Kessler” hace referencia a una reacción en cadena de colisiones entre satélites y desechos espaciales que podría volver inoperable la órbita terrestre baja, dificultando futuras misiones espaciales.

Una constelación cada vez más saturada

Actualmente, más de 8.000 satélites orbitan el planeta, la mayoría de ellos pertenecientes a Starlink. Sin embargo, otras compañías también han anunciado proyectos similares, como Kuiper de Amazon o la llamada “versión china de Starlink”.

Esto implica que la cantidad de dispositivos en el espacio aumentará significativamente, incrementando las probabilidades de colisiones y caídas no controladas hacia la Tierra.

La influencia de las tormentas solares

Los expertos advierten que el fenómeno se agrava por el actual periodo de alta actividad solar, caracterizado por potentes tormentas que calientan la atmósfera superior del planeta. Este aumento de temperatura provoca que la atmósfera se expanda y genere mayor resistencia aerodinámica sobre los satélites.

McDowell detalló que esta densidad adicional reduce drásticamente la vida útil de los equipos, ya que el aire más denso en la órbita baja ralentiza los satélites y los hace descender antes de lo previsto.

Aunque las empresas pueden reimpulsar los satélites para corregir su trayectoria, esta maniobra no siempre resulta efectiva cuando las condiciones solares son extremas, lo que puede llevar a su desintegración prematura.

Posibles consecuencias para la atmósfera y la capa de ozono

La preocupación no se limita a las caídas. Investigaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) han detectado la presencia de metales raros en la estratósfera, provenientes de la desintegración de satélites y cohetes.

Estas partículas, según advierte el estudio, podrían afectar la capa de ozono y alterar la atmósfera terrestre, al absorber o reflejar la radiación solar.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Un desafío global para el futuro del espacio

La caída continua de satélites Starlink pone en evidencia los riesgos del crecimiento acelerado de las megaconstelaciones en órbita. Si la tendencia continúa, los expertos coinciden en que el desafío no solo será tecnológico, sino también ambiental y de seguridad planetaria, requiriendo cooperación internacional para mitigar su impacto.

Fuente: El Español