Un instructor militar acusado de cometer abusos y violaciones contra nueve menores de edad, identificado como Victor Gutiérrez Basualto, fue condenado a cadena perpetua por estos delitos, en la Región de Los Lagos.
Sus víctimas comentaron detalles de estos delitos que quedaron al descubierto por jóvenes que fueron parte de estos cursos y que se atrevieron a hablar.
¿Cómo reclutaba a sus víctimas?
Usando videos promocionales, el sujeto de 59 años, promocionaba cursos en colegios de Puerto Montt. Además prometía a jóvenes un futuro ingreso a las Fuerzas Armadas.
Gutiérrez Basualto se presentaba en los establecimientos como un teniente coronel del Ejército en retiro. Así lograba captar a jóvenes que les interesaba la carrera militar a través de charlas motivacionales.
Por ello, los alumnos entusiasmados, aceptaban la propuesta con el permiso de sus colegios y de sus padres.
El sujeto era un hombre “amoroso, juguetón, hacía chistes. De esa manera se ganó la confianza de todos. Él sabía llegar muy bien a los jóvenes. Tenía muy buena relación, no solamente con uno, sino con todos. No nos dio como señales para que uno pudiera como sospechar algo de él”, contó una de sus víctimas en exclusiva con Meganoticias.
También contó que el condenado tenía este “proceso de conquista” y que, luego, tenía cambios de personalidad, comportándose agresivo y hostil con sus alumnos. Incluso, habló de un “pacto” de lealtad y de silencio entre el instructor y los alumnos.
El Fiscal Marcelo Maldonado, agregó más detalles. “Había ciertos conceptos, códigos que se manejaban. De esa forma, cuando el imputado se enteraba de que habían hecho denuncias en su contra, se coordinaba para llegar hacia donde estaban las víctimas, conversar con ellas, convencerlas de que incluso cambiaran su versión y eso se dio en más de una oportunidad”, indica la autoridad.
Lo consideraban casi un Dios y como muestra de ello, tenía una oda en su honor, detalla el fiscal Maldonado.
“La oda al instructor lo posicionaba y señalaba de que él era un enviado de Dios sobre la tierra. Claramente, generaba un cierto hermetismo, un cierto secretismo con características muy similares a los de una suerte de secta”, añadió.
El criminólogo Mauricio Valdivia profundizó y dijo que Gutiérrez mostraba rasgos psicopáticos que no eran de violencia, sino que desde el encanto. “No todos los agresores sexuales son depredadores, sádicos que van a andar agrediendo. Hay un grupo que utiliza la seducción, el encanto superficial, la manipulación”, declaró.
Finalmente, a psicóloga Andrea Castro complementó añadiendo que el hombre “tiene una tremenda frialdad afectiva, no se vincula con el otro de una manera empática, no son capaces de ponerse en el lugar del otro, frío, calculador, muy mentirosos”.
