En torno al juicio oral contra los supuestos responsables del crimen de Tomás Acevedo, de 17 años de edad; quien murió tras ser víctima de un ataque en el que recibió aproximadamente 400 puñaladas, en San Vicente de Tagua Tagua. Ya salió a la luz la primera declaración de Ulises Labrín, de 25 años de edad, acusado con autor material del homicidio.
La declaración da cuenta de lo sucedido en julio de 2019; luego de viajar desde Buin: “Me quedé en un paradero a las afueras del supermercado Líder y frente a mí había una estación de servicios Copec. En ese lugar permanecí por cerca de 10 a 15 minutos, momentos que aproveché para conversar por WhatsApp con (la menor imputada) indicándole que ya estaba en San Vicente; a lo que ella manifestó que no podía salir de su casa porque aún estaba con su mamá, dándome indicaciones”.
Además, Ulises detalló: “Comienzo a caminar y permanezco en ese lugar hasta que (la menor imputada) llegara, lo cual pasaron cerca de 10 a 15 minutos (…) Ya estando con ella en el lugar; y como no conocía el sitio, comenzamos a internarnos hacia dentro de éste”.
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“Acto seguido, (la menor imputada) le escribe y le envía un mensaje en WhatsApp (a Tomás) desde su teléfono móvil. A su pregunta, y como todo esto estaba planeado con anterioridad con (la menor imputada); la mañana del sábado cuando nos juntamos en el puente, (la menor imputada) ya le había enviado unos mensajes a Tomás para que fuera al sector del río, lugar que ella misma había propuesto”, recalcó.
Labrín también detalló el momento del fatal ataque: “Comencé a insultarlo (a Tomás) y teniendo el cuchillo en la manga derecha de mi polerón decido atacarlo directamente. Debo aclarar que cuando ataqué a Tomás tenía puesto en ambas manos guantes de látex blanco”.
“Este trató de salir corriendo, mientras que (la menor imputada) hizo lo mismo, pero Tomás se encerró en las zarzamoras, instantes en que comencé a agredirlo”, agregó.
Finalmente, precisó que “cuando yo estaba agrediendo a Tomás, (la menor imputada) se encontraba a 2 metros de ahí, creo que no lograba ver por la cantidad y altura de los arbustos; pero sí escuchaba todo lo que pasaba. Luego y en el mismo lugar; en presencia de (la menor imputada) me cambié de ropa por la traía en la mochila”, cerró.
