Ambas fueron apuñaladas.
La madrugada del 11 de junio de 2018, Fabián Cáceres Aravena de 18 años se dirigió a la casa de Gabriela, una joven de 17 años y con quien había mantenido una relación sentimental.
El joven llevaba consigo un cuchillo. Al llegar a la viviendo saltó la entrada y se escondió en un lugar oscuro del patio de la casa donde Gabriela se encontraba junto a su madre, Carolina Donoso de 53 años.
La madre escuchó un ruido en la parte trasera, por lo que abrió la puerta y fue atacada inmediatamente por el joven, quien le propino 31 puñaladas en el tórax y abdomen, mientras estaba gritaba.
Carolina, al escuchar los gritos, bajó al primer piso de la vivienda y su ex novio la agredió sexualmente y también le ocasionó seis puñaladas que le produjeron la muerte.
Según lo expuesto por los expertos en la investigación, Cáceres se lavó, regresó a su casa e intentó borrar los rastros del crimen. Aunque limpió su ropa y zapatillas, sus huellas quedaron marcadas en el sitio del suceso.
Testigos
Un vecino, quien mantenía una estrecha relación con las victimas, dijo que “El pololo la amenazó de muerte al frente mío. Le dijo que si ella no iba a ser de él, no iba a ser nunca de nadie”, esto habría sucedido el día que Gabriela terminó con Fabián.
Pruebas
Acosos, insultos, audios y rondas en el sector son parte de las pruebas con las que contaron las autoridades.
Existe un audio que la joven de 17 años le envió a una amiga, en el cual habla de una agresión:
Si hay algo que mi mamá me enseñó, es que nadie me puede poner el pie encima, ni la mano ni nada. Yo he aprendido lo que es el amor propio, entonces yo no le voy a aguantar que me haga eso.
Horas antes
Fabián Alcaíno, padre de Gabriela y expareja de Carolina, se habría visto con ambas el sábado 9 junio, durante un cumpleaños familiar.
Cuando Gabriela con Carolina se iban para su casa, yo le di un abrazo a Carolina y le dije que la quería mucho. Y cuando me despedí de Gabriela le di un beso en la frente y le dije que era lo que más amaba. La relación con ellas siempre fue súper cercana, pese a que estábamos separados hace mucho rato.
Suenan las alarmas
El martes 12 de junio, Rodrigo Alcaíno, hermano de Fabián, recibe un mensaje a través de Facebook por parte de una colega de Donoso: “Hola, ¿sabes algo de Carolina? No ha ido a trabajar en dos días”.
Esto generó alertas en el padre de Gabriela, quien sabia que esta no había ido a clases y no contestaba sus llamadas telefónicas.
El padre decidió dirigirse al hogar en compañía de los funcionarios de Carabineros, quienes al llegar encontraron apuñaladas a las mujeres y tendidas en el living-comedor.
“Fue un homicidio pasional dentro del núcleo familiar, vamos a analizar si hay participación del pololo”, fueron las palabras del fiscal José Solís.
Todas las sospechas apuntaban a Cáceres, de quien ya se sabia sus rasgos celópatas y que se negaba a dar fin a la relación con Gabriela.
Ese mismo día, Fabián fue aprehendido por la policía, a quienes les confirmó su participación en el homicidio.
El 15 de junio de 2018 el asesinó fue formalizado por doble homicidio y violación, por lo que el 9° Juzgado de Garantía decretó su prisión preventiva.
Ley Gabriela
Este crimen no fue considerado un femicidio dada la ley que regía en 2018, donde el homicidio cometido contra una mujer que no era cónyuge o conviviente del autor no correspondía a esta figura jurídica.
Pero esto cambió en 2020, cuando se promulgó la Ley Gabriela. Esto permitió incorporar los asesinatos de mujeres por parte de parejas sin convivencia y a padres con hijos en común.
La Ley Gabriela tipifica un nuevo delito de femicidio por razón de género, que contempla cualquier asesinato de una mujer por el solo hecho de serlo; y establece agravantes especiales para este delito, como por ejemplo que la víctima sea menor de edad, se encuentre embarazada o en situación de discapacidad, según lo destaca La Cuarta.
En el delito de femicidio, el juez no puede aplicar la atenuante de responsabilidad penal «de obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación».
La ley establece penas que van desde el presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, es decir, de 15 años y un día a 40 años.
Habla el padre de Gabriela
Alcaíno asegura que la idea es que “este tipo esté la mayor cantidad de años presos, para que no lo vuelva a hacer, porque todo indica que este tipo de psicópatas, una vez que salen, vuelven a hacer lo mismo”.
El afectado lucha para que las familias que vivan esto tengan precedentes y sea mucho más fácil resolver el caso y no vivan lo que le tocó a su familia.
A tres años del doble homicidio de Carolina y Gabriela, el padre afirma que:
Es súper complejo para nosotros como familia porque, además de conmemorar los tres años de la partida de las chiquillas, también está de cumpleaños mi hija más chica; el mismo día que ellas fueron asesinadas.
Fabián agradece que este suceso no haya formado parte de las frías estadísticas de los femicidios y que “cuando en 10 años más se hable de femicidio, el caso de las chiquillas siempre va a estar vigente”.

