Este lunes el candidato presidencial de la UDI, Joaquín Lavín, afirmó que, de llegar a La Moneda, “yo haría una promesa más chica: se acabo la playa a los delincuentes, ¿Sabe cuál es la playa para los delincuentes? La cárcel”.
“Que la persona que ha caído en la cárcel y ha cometido delitos graves, no a las visitas conyugales, una hora al día de patio, que trabajen y chao celulares, que se acabe ‘la playa’”, complementó el ex alcalde de Las Condes.
Las declaraciones surgieron en el debate radial entre los aspirantes a la primaria de Chile Vamos organizado por Radio ADN, Concierto, Futuro e Imagina.
En tanto, a raíz de la respuesta de Lavín, los conductores del espacio le recordaron al ex jefe comunal que las personas privadas de libertad no pierden todas sus libertades.
“No todas, tienen que perder por lo menos la capacidad de estafar a los chilenos, y cometer delitos desde la cárcel”, replicó.
Lo que dice gendarmería y Naciones Unidas sobre las visitas conyugales
Las visitas conyugales están reguladas en el manual de Derechos Humanos de la Función Penitenciaria.
En el documento se deja explícito que el interno tiene “derecho” a mantener contacto regular con su familia, ya sea a través de visitas o correspondencia, consigna T13 en este punto.
“Las visitas y en especial la de los familiares más próximos no deben ser consideradas un privilegio, sino más bien un derecho humano básico”, resumen del documento.
Asimismo, en el texto se aclara que las visitas conyugales no solamente buscan evitar el deterioro de las relaciones familiares o de pareja, sino que evitar “afectar gravemente el proceso de reinserción social del interno o interna”.
