UDI no cede en la reforma previsional a pesar de la partida de Giorgio Jackson

La oposición ha expresado su descontento con los proyectos de reforma promovidos por el Gobierno, especialmente en áreas clave como las pensiones y el pacto fiscal

La reciente renuncia de Giorgio Jackson, ministro de Desarrollo Social, ha exacerbado el clima de tensión entre el Gobierno y la oposición en medio de las acusaciones y presiones políticas vinculadas al Caso Convenios. Esta renuncia sigue la salida de otras tres autoridades y pone en evidencia las profundas divisiones en la política nacional.

Jackson, quien se vio obligado a dejar su puesto, declaró que su presencia era utilizada como una “excusa” por la oposición para obstruir las reformas necesarias para el país. La ministra del Interior, Carolina Tohá, ha instado a ambas partes a sentarse a la mesa de negociación y encontrar un consenso.

UDI no cede

La oposición, sin embargo, ha expresado su descontento con los proyectos de reforma promovidos por el Gobierno, especialmente en áreas clave como las pensiones y el pacto fiscal. El presidente de la UDI, senador Javier Macaya, afirmó que están dispuestos a dialogar, pero insistió en que el Gobierno debe modificar sustancialmente lo que él denominó “malos proyectos refundacionales”.

Los diputados Mauricio Ojeda (REP) y Álvaro Carter (UDI) también expresaron que, aunque la salida de Jackson podría facilitar las discusiones, esto no significa que aceptarán reformas cargadas con un peso ideológico.

El oficialismo, por su parte, pide una acción más firme contra el Caso Convenios y exige la remoción de aquellos vinculados a estas fundaciones. También espera contar con el respaldo de la oposición para avanzar en las reformas vitales para el país.

En este escenario políticamente cargado, todos los ojos están puestos en el próximo paso del Gobierno, con la esperanza de que se tomen medidas concretas que pongan fin al polémico Caso Convenios y permitan avanzar en una agenda de reformas constructivas. La renuncia de Jackson es vista tanto como un síntoma de la profunda crisis política en curso como una oportunidad para reevaluar y redirigir el curso de las discusiones políticas en el país.