“No sé qué me dio”: testimonio clave remece caso Monsalve y apunta a posible uso de fármacos
Catalina Arrey declaró ante Contraloría por caso Monsalve: su testimonio detalla la denuncia de una presunta violación.
La investigación contra el exsubsecretario Manuel Monsalve sigue sumando antecedentes. Catalina Arrey, funcionaria del Ministerio del Interior, prestó declaración el 29 de noviembre ante Contraloría, revelando información clave sobre una grave acusación de abuso sexual ocurrida al interior del Gobierno.
La primera alerta: una reunión en Costanera Center
Según relató Arrey, la presunta víctima —una compañera de trabajo de 32 años— le confidenció que había tenido una cita con Monsalve días antes del incidente. En ese momento, ambas pensaron que se trataba de una oportunidad laboral.
“La cita (para la denunciante) era una buena noticia, era positivo, yo también le dije que era algo bueno, quizás un nuevo puesto”, declaró Arrey.
Dos días más tarde, la víctima le relató con angustia que Monsalve “le dio un beso en la boca” durante un paseo a una plaza, hecho que la dejó en estado de shock.
El relato del día clave: 22 de septiembre
El testimonio de Arrey reveló que tras una reunión de trabajo, su colega le confesó sentirse desorientada tras compartir dos tragos con el exsubsecretario: “Ella no lo podía creer, no entendía nada, se sentía muy culpable porque no se acordaba de nada. Se echaba mucho la culpa. Ella sentía que había sido violada”, aseguró.
Miedo, silencio y frustración
La funcionaria agregó que la presunta víctima expresó temor a denunciar por posibles represalias:
“Sentíamos que no podíamos ir a la PDI ni a Carabineros (…) que la podían despedir, que iba a sufrir represalias”, expresó.
Incluso, en medio del dolor, la víctima decía: “qué asco, qué asco. No sé por qué acepté esas pastillas. No sé qué me dio”, detalló Arrey.
El intento fallido de buscar apoyo
Ambas recurrieron a Camilo Araneda, funcionario cercano al Presidente Gabriel Boric. Aunque esperaban respaldo institucional, el intento terminó en decepción: “Pensó más en eso que portarse como humano. No sabíamos qué más hacer”, concluyó Arrey.