Un inesperado relato compartido por Lisandra Silva en redes sociales dejó perplejos a sus seguidores. La influencer cubana aseguró que desde que los populares muñecos Labubu llegaron a su hogar, comenzó a experimentar un preocupante deterioro en su estado físico y emocional.

Lo que inicialmente parecía un simple gusto por la decoración, terminó convirtiéndose —según su versión— en una experiencia perturbadora que incluyó migrañas, pesadillas y sensaciones inquietantes.

Síntomas físicos y sueños perturbadores tras adquirir los muñecos

De simples cefaleas a migrañas severas

Lisandra explicó que al poco tiempo de tener estos peluches en su dormitorio, notó cambios en su salud. “Tenía migrañas un poco más intensas y se lo achacaba al trabajo, el estrés y la menstruación. Lo que pasa es que los dolores de cabeza se volvieron migrañas muy intensas, no las soportaba”, confesó.

No solo se trataba de dolores físicos. Silva comenzó también a experimentar sueños extremadamente perturbadores y con temáticas muy alejadas de su estilo de vida. “Cuando dormía tenía pesadillas insoportables, siempre soñaba con orgías o que estaba en un pantano o que trabajaba para la mafia. Cosas demasiado desagradables. Es una vibración que no va con la mía, yo no consumo pornografía y no veo nada que tenga que ver con cosas sexuales. No podía entender por qué razón soñaba cosas así”, relató.

“El pensamiento comenzó ligero”: Lisandra y su inquietante confesión

Episodio de crisis mental y revelación inesperada

La ex chica reality también reconoció que su salud mental se vio afectada. “El pensamiento comenzó ligero y empezó a hacerse más fuerte”, dijo, refiriéndose a ideas autodestructivas que comenzaron a invadir su mente.

La conexión entre sus síntomas y los Labubu apareció tras ver un video en redes. En ese momento, una teoría comenzó a tomar forma: “Leyendo lo que descubrí es que estos Labubu están conectados con Pazuzu, un demonio de la mitología mesopotámica que también fue el que se tomó el alma de la niña de El Exorcista. Eso me hizo mucho click por todos los sueños”, explicó.

¿Qué hacer con los muñecos?: Lisandra busca respuestas

Cambió los muñecos de lugar y notó mejoría

Alarmada por la situación, decidió tomar cartas en el asunto y alejar los juguetes de su dormitorio. “Los llevé a otra habitación y me encerré con llave”, contó, y a partir de ese momento notó un cambio positivo. “Pude dormir diez horas seguidas”, afirmó, algo que no le ocurría desde hacía tiempo.

Finalmente, se sinceró con su audiencia con una reflexión abierta: “¿Será que estos monitos serán los que me hacen sentir así? ¿Los regalo? ¿Los entierro? ¿Los quemo? ¿Los boto? ¿Qué hago?”, planteó entre la confusión y el desconcierto.

 

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