“Se mantuvo oculta durante décadas”: confirman presencia de peligrosa especie marina venenosa en costas chilenas
Científicos chilenos confirmaron la presencia de una especie marina venenosa y esquiva en Arica, tras décadas sin ser detectada.
Una investigación internacional, con participación clave de la Universidad de Chile, reveló un hallazgo inesperado: una especie marina venenosa, que por años pasó desapercibida en las costas nacionales, fue oficialmente identificada en la bahía de Arica.
Se trata de la Hypanus dipterurus, conocida comúnmente como raya diamante, una criatura silenciosa y esquiva que actualmente figura como vulnerable en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El descubrimiento surgió durante la pandemia
Lo que comenzó como una idea improvisada durante el confinamiento por el COVID-19 terminó en una investigación publicada en la reconocida revista Journal of Fish Biology. Sin poder salir a terreno, los científicos recurrieron a plataformas digitales para recolectar datos.
“Estábamos en pandemia, sin poder salir a terreno, y surgió la idea de buscar registros de especies en redes sociales, en especial en grupos de pesca recreativa”, explicó Luis Ignacio Contreras, biólogo ambiental de la Universidad de Chile.
Fue así como encontraron varias imágenes capturadas por aficionados a la pesca en Arica y el sur de Perú, donde se apreciaban rayas con características físicas coincidentes con esta especie.
La importancia ecológica de la raya diamante
La raya diamante es particularmente sensible a la presión pesquera, debido a su lento crecimiento y baja capacidad reproductiva. Estas condiciones han llevado a que su conservación se convierta en una preocupación urgente.
“Cada vez que se añade una especie a la fauna de un territorio, se suma una responsabilidad de conservación. No basta con saber que está, hay que decidir cómo la protegemos”, advirtió Contreras.
¿Es peligrosa para los humanos?
Aunque es venenosa, los expertos aseguraron que esta especie no representa una amenaza directa para las personas. Solo reacciona si se ve en peligro, principalmente si alguien la pisa sin darse cuenta.
“No es un animal que ande atacando personas. Si te pica es porque la molestaste, por ejemplo si la pisas por accidente. Es un acto reflejo, un mecanismo de defensa”, aclaró el investigador.
Un llamado a explorar el océano
Para Pablo Dufflocq, miembro del equipo de investigación, este hallazgo representa solo el comienzo de una tarea mucho más amplia: “Este trabajo es parte de algo mucho más grande. Tenemos más especies por describir, más datos por analizar, y sobre todo, muchas historias escondidas en el océano que todavía no hemos sabido escuchar”.