Tormenta perfecta: advierten que esta popular playa chilena podría hundirse bajo el mar
La erosión costera amenaza a varias playas de Chile y América Latina, con zonas críticas como Algarrobo en riesgo de desaparecer.
Las impactantes imágenes de Atafona, un pequeño poblado costero en Brasil, se han convertido en una advertencia para toda la región. Allí, el océano ha borrado más de 500 casas y un edificio completo, obligando a cientos de residentes a abandonar sus hogares.
La situación refleja una realidad compartida por varios países latinoamericanos, donde el avance del mar ya está cambiando los límites de la costa.
Factores que aceleran el fenómeno
A nivel regional, todas las naciones presentan algún nivel de erosión costera, incluido Chile. El problema no responde a una sola causa, sino a la combinación de distintas amenazas.
El presidente de la Red Latinoamericana de Erosión Costera, Gustavo Barrantes, explicó que “la construcción de edificaciones interfieren en los procesos de la dinámica costera”, lo que agudiza la vulnerabilidad de las playas.
Una “tormenta perfecta”
Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa, subrayó que el fenómeno se amplifica por otros eventos naturales: “También las trombas marinas, las olas de calor, eventos de lluvia extrema y aluviones (…) Son causas sumadas que, en conjunto, dan una tormenta perfecta”, señaló a DW.
El caso chileno: marejadas inéditas
El CONICET advirtió que en Chile los ritmos de erosión se han vuelto cada vez más críticos. A ello se suma un incremento en las marejadas, fenómenos que antes eran poco frecuentes en el país.
De acuerdo con el Instituto de Geografía de la UC, de las 100 playas actualmente bajo monitoreo, al menos 15 están en condición crítica y corren riesgo de desaparecer en los próximos diez años.
Algarrobo, una de las zonas más golpeadas
En la comuna de Algarrobo, la erosión ha puesto en jaque a los edificios levantados frente al mar. Martínez advierte que “mientras se urbaniza de esta forma se incuban los desastres, porque se pone más gente expuesta a amenazas que sabemos que son muy recurrentes en Chile”.
Las consecuencias van más allá de la pérdida de arena: incluyen daños millonarios en viviendas e infraestructura, cambios drásticos en el paisaje y contaminación de pozos de agua dulce por la intrusión de agua salada. Incluso, algunos bosques cercanos se están secando debido al avance del mar.
