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El cometa 3I/ATLAS desconcierta a la ciencia: su cola cambió misteriosamente de dirección

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publicado: 25.10.2025

El cometa interestelar 3I/ATLAS intriga a los astrónomos con su misteriosa “anticola” y su evolución mientras se aproxima al Sol

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El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar detectado en nuestro sistema solar, continúa asombrando a la comunidad científica por su comportamiento inusual. Descubierto el 1 de julio de 2025 por el Sistema de Alerta de Impactos Terrestres de Asteroides (ATLAS), este cuerpo se ha convertido en objeto de intenso estudio debido a sus características únicas y cambiantes.

Con un diámetro estimado entre 5 y 11 kilómetros, 3I/ATLAS es el más grande de los tres objetos interestelares observados hasta ahora, superando a ‘Oumuamua (1I) y Borisov (2I). Su estudio podría ofrecer pistas sobre los materiales primitivos del espacio interestelar y sobre cómo se comportan los cuerpos que llegan desde más allá de nuestro sistema solar.

La misteriosa “anticola” que desconcertó a los astrónomos

Uno de los fenómenos más sorprendentes detectados por los telescopios terrestres y espaciales fue la aparición de una “anticola”, una formación que, en lugar de apuntar en dirección opuesta al Sol, parecía hacerlo hacia él.

Normalmente, la cola de un cometa se genera cuando el calor solar desprende gas y polvo de su superficie, que son empujados por el viento solar. Pero en el caso de 3I/ATLAS, la estructura elongada apuntaba al Sol, algo que no encaja con el patrón habitual.

Según la Agencia Espacial Europea (ESA), en algunos casos este efecto puede deberse a una ilusión óptica, pero en esta ocasión, las observaciones sugieren que la orientación era real. Los astrónomos Avi Loeb y Eric Keto sostienen que la “anticola verdadera” no sería producto de la perspectiva, sino de la dinámica de los fragmentos más grandes que el viento solar no logra desviar de inmediato.

El fenómeno no es completamente nuevo: ya en 1974 se observó una estructura similar en el cometa Kohoutek. Los expertos explican que los fragmentos de polvo expulsados del núcleo pueden formar una estela a lo largo de la órbita, tanto delante como detrás del cometa.

De anticola a cola tradicional: un cambio revelador

Imágenes recientes muestran que entre agosto y septiembre el cometa transformó su anticola en una cola convencional, orientada en sentido opuesto al Sol.

El estudio liderado por los astrónomos David Jewitt y Jane Luu indica que esta evolución estaría relacionada con la actividad interna del cometa y con el tipo de gases que lo impulsan.

Datos del telescopio espacial James Webb revelan que el dióxido de carbono es el principal motor de la actividad, generando chorros de gas y polvo que, dependiendo de su tamaño y velocidad, producen diferentes estructuras visibles.

Una observación del Telescopio del Teide el 2 de agosto confirmó la presencia de un chorro de polvo con forma de abanico, orientado hacia el Sol, algo que el astrofísico Miquel Serra-Ricart describió como “un comportamiento totalmente natural”.

Pérdida de masa y acercamiento al perihelio

Mientras se acerca a su perihelio (punto más cercano al Sol), previsto para el 29 de octubre, los astrónomos calculan que 3I/ATLAS ha perdido cerca de 2 millones de toneladas de masa entre julio y octubre. No obstante, esto representa apenas 0,00005 % de su masa total, estimada en más de 33 mil millones de toneladas.

¿Cometa natural o nave extraterrestre?

Como era de esperar, Avi Loeb —conocido por sus hipótesis no convencionales— planteó que, si la anticola funcionara como un tipo de empuje controlado, podría tratarse de una tecnosignatura, es decir, de evidencia de una maniobra artificial.

Su colega Adam Hibberd incluso sugirió que el objeto podría estar intentando entrar en una órbita estable entre Marte y Júpiter. Sin embargo, la mayoría de los astrónomos rechaza esta idea y mantiene que se trata de un cometa natural.

ÚLTIMAS NOTICIAS

Lo que viene para 3I/ATLAS

El interés científico por 3I/ATLAS no hará más que aumentar en los próximos meses. Las observaciones desde la cámara HiRISE de Marte, registradas el 2 de octubre, aún no se han publicado, pero se espera que aporten información clave sobre su estructura y comportamiento.

En noviembre y diciembre, el cometa volverá a ser visible desde la Tierra, y los telescopios del mundo apuntarán hacia él para seguir su evolución. Lo que descubran podría reescribir parte de lo que sabemos sobre los visitantes interestelares y su papel en la historia del sistema solar.

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