La niña atacada por perros en Calera de Tango despertó del coma. Su madre acusa a su propio padre y revela nuevos detalles que estremecen.
Un pequeño rayo de esperanza se abrió paso en medio de una tragedia que conmocionó a todo el país. La niña de 10 años que fue brutalmente atacada por perros en Calera de Tango despertó tras permanecer varios días en coma inducido y continúa luchando por su vida.
La menor, identificada como Antonella Rementería, permanece internada en la UCI, mientras su familia enfrenta uno de los momentos más duros de su historia.
“El mejor regalo es que mi hija está respirando”
En conversación con T13, su madre, María Fernanda Lagos, confirmó que la niña abrió los ojos tras días críticos, un avance que calificó como un verdadero milagro.
“El mejor regalo es que mi hija está respirando”, expresó emocionada, pese al complejo estado de salud de la menor.
La mujer entregó un relato crudo y a la vez esperanzador sobre el despertar de su hija:
“Con erosión en los ojitos, con mucho dolor y llorando, abrió los ojitos. Para mí fue todo, o sea. De verdad, ahora estoy demasiado contenta, me dicen ‘¿por qué estás contenta? Tu hija está en la UCI’, pero yo estoy feliz”.
Un giro impactante: acusa al abuelo de la menor
En un vuelco que remeció aún más el caso, María Fernanda Lagos acusó directamente a su propio padre —abuelo de Antonella— de ser responsable de la tragedia. El ataque ocurrió el pasado 15 de diciembre, en una parcela de Calera de Tango, mientras la niña estaba bajo su cuidado.
Al recordar el momento en que volvió a buscarla, la madre relató una escena desgarradora:
“Ella estaba sobre una mesa de fierro, con su cabeza abierta, estaba apoyada. Quedé en estado de shock”.
Las contradicciones que encendieron las sospechas
Según explicó, las dudas comenzaron cuando el abuelo entregó una versión que luego fue desmentida por el equipo médico.
“Dijo que todo había pasado en tres minutos, que él le había dado jugo de naranja y contestó una llamada”, señaló.
Sin embargo, los antecedentes clínicos apuntan a un escenario mucho más grave.
“El informe clínico dice que ella sufrió entre 40 minutos y una hora. Ella gritó, ella pidió ayuda”, afirmó la madre, visiblemente afectada.
“Fue fuerte, pero es mi hija”
Ante estas inconsistencias, María Fernanda Lagos tomó la decisión de denunciar a su padre, una determinación que calificó como dolorosa pero necesaria.
“Fue fuerte, pero es mi hija. Si ella no estuviera, yo tampoco estoy. De verdad que la amo demasiado”, sostuvo.
El abuelo arriesga hasta 10 años de cárcel
Desde el Ministerio Público, la fiscal Paulina Díaz, de la Fiscalía Occidente, adelantó que el caso se está investigando como un delito grave.
“Estamos trabajando con OS9 de Carabineros, para efectos de trabajar esto como un delito grave, como se trabajaría un homicidio o lesiones graves”, explicó la persecutora.
En caso de ser declarado culpable, el abuelo de la menor arriesga entre 5 y 10 años de cárcel, mientras Antonella continúa dando una silenciosa pero valiente batalla por su vida, en un caso que mantiene en vilo a todo Chile.