"Están resguardados los carnets, algo positivo, porque cuesta harto sacarlos y hacer todo el trámite, y ver toda esta destrucción es negativo. Hay que pensar con la cabeza para poder manifestarse".
"Cuando me moví de ahí sentí que pasaba sobre unas piedras o por el cordón. Eso es lo que pensé. Cuando vi a la señora y al dueño del kiosco apretándose la cabeza y gritándome, ahí bajé y dije 'lo pisé al perrito'. Fue lo primero que se me cruzó por la cabeza", aseguró en las declaraciones.
Gran parte de la actividad ocurrió al inicio del periodo de tres meses, en especial durante septiembre, con más de 1.000 registros al día. Sin embargo, el número empezó a descender en el mes de noviembre.