Jeannette Jara compartió en “La Divina Comida” una emotiva experiencia que marcó su vida: quedó viuda a los 21 años tras perder a su esposo.
Durante su participación en el programa La Divina Comida, emitido por Chilevisión, la actual candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara, conmovió a todos al abrir su corazón y compartir una historia personal profundamente dolorosa que vivió en su juventud.
Un amor que se apagó demasiado pronto
En una íntima conversación con los demás invitados del programa, la también abogada relató que su primer gran amor terminó de manera trágica cuando tenía apenas 21 años. “Tuve mi primer gran amor, fui muy feliz, pero lamentablemente se murió mi marido, entonces quedé viuda a los 21 años”, reveló con honestidad.
La experiencia, que ocurrió cuando ella apenas había alcanzado la adultez, cambió completamente su perspectiva de vida. “Por eso a veces me pasa en la política que me dicen ‘¿la estás pasando muy mal?’. Y yo digo ‘esto no es nada, no tienes idea lo que es pasarlo mal’”, comentó entre risas, dejando ver que esa pérdida aún resuena, aunque ya no con el mismo dolor.
Vínculos que no se rompen con el tiempo
Pese al paso de los años y las nuevas relaciones amorosas que ha tenido desde entonces, Jeannette Jara mantiene un lazo afectivo con la familia de su difunto esposo. “Es un bonito recuerdo, hermoso, todavía con su familia, que es mi familia también, seguimos muy vinculados, los quiero mucho”, confesó.
Incluso mencionó que aún llama “suegra” a la madre de su fallecido esposo, demostrando que el cariño construido en esa etapa de su vida perdura más allá de la muerte. “Pese a que han pasado varios pololos después y muchas cosas más, porque esto fue hace mucho tiempo”, añadió.
El recuerdo de Gonzalo sigue presente
En su relato final, Jara reveló el nombre del joven con quien compartió esos años tan intensos de amor y pérdida: “Él se llamaba Gonzalo. Son dolores que quedan para siempre en la vida, pero cuando el tiempo pasa, a uno se le apacigua un poquito el dolor”, concluyó con una mezcla de nostalgia y serenidad.
La historia dejó una fuerte impresión en los comensales, quienes valoraron la valentía de la candidata al compartir una experiencia tan íntima en un espacio público.