Daniel Fuenzalida transfiere marca a Rosario Bravo y explica su obsesión por registrar dominios de famosos.
Daniel Fuenzalida decidió poner fin a la polémica con Rosario Bravo. A través de una declaración pública y un mensaje en su cuenta de Instagram, el animador anunció que le traspasó a la influencer la titularidad del podcast Cómo están los weones. El gesto buscó cerrar el conflicto que estalló cuando Bravo descubrió que el registro oficial del proyecto estaba solo a nombre de Fuenzalida.
El quiebre que encendió la polémica
El conflicto comenzó cuando Rosario Bravo expresó sentirse “traicionada” al enterarse de que su compañero había inscrito únicamente a su nombre la marca del podcast que compartían. La influencer cuestionó la falta de “transparencia” en los acuerdos internos, lo que tensó por completo la relación entre ambos.
En su comunicado, Fuenzalida hizo un mea culpa, señalando que esperaba que “todos podamos estar más tranquilos y en paz”, dando así por cerrado el episodio.
La historia detrás de los dominios web
La controversia no terminó ahí. Se supo que Fuenzalida también había inscrito a su nombre el dominio web de Que te lo digo, su programa de farándula. Consultado por Las Últimas Noticias (LUN), explicó su decisión: “Lo que yo hice el año pasado -cuando bloqueé a Sergio Rojas porque venía denostándome y atacándome continuamente- fue comprar el dominio (web) del Que te lo digo”, justificó.
Pero esto no fue lo único. En el programa Sin Dios ni Late, emitido en 2023, Nicolás Copano reveló que Fuenzalida había registrado incluso el dominio copano.cl. “El Daniel una vez fue a nic.cl y reservó copano.cl, es un secreto, tiene el nombre de todo, los tiene todos”, contó el periodista, aunque aclaró que finalmente recuperó su dominio.
Una obsesión reconocida por el propio animador
El mismo Fuenzalida explicó en pantalla su curiosa costumbre: “Un tiempo me vino una obsesión de comprar nombres, compré sabadosgigantes.cl, martíncarcamo.cl, dianabolocco.cl y estaban disponibles, no estaban registrados”, confesó.
Añadió que se trataba de una práctica que hacía por precaución, aunque reconoció que no siempre los renovaba: “Entonces empecé yo a registrar todos los nombres y parece que ahí también registré copano.cl pero después de dos años hay que volver a pagar”, relató.
A modo de cierre, Copano bromeó al respecto: “Uno como que se empieza a paranoiquearse y empieza a decir ‘este h* está enojado conmigo, no solamente quería hacer un negocio y tener los nombres’”**, concluyó entre risas.

