El capítulo 134 de la teleserie nocturna Los Casablanca, de Mega, dejó una escena llena de tensión y emoción. En un intento por ayudar a Tormento, Alexandra llega con una propuesta que podría cambiar sus vidas, pero la respuesta del domador de caballos no fue la que ella esperaba.

Un nuevo comienzo… que no despega

Tras haber perdido su trabajo en la Viña Ítaca y no lograr reinsertarse en su oficio, Tormento comienza a trabajar en mantención. En ese contexto, Alexandra aparece en su nuevo empleo con una idea que busca devolverle la pasión por los caballos y la estabilidad que perdió.

“¿Compraste tres caballos?”, le preguntará sorprendido Tormento.

“Sí, para que puedas armar un haras, construir unas caballerizas”, responderá Alexandra, con la intención de abrirle una oportunidad que lo devuelva a lo que más ama.

Pero lejos de sentirse agradecido, el joven la enfrentará con una duda que lo remueve por dentro: “¿Vas a armar el haras para que yo tenga trabajo?”

“Tú armarías el haras y te apoyaría hasta que tengas cierta estabilidad”, aclarará ella, con la esperanza de motivarlo.

El orgullo de Tormento se impone

Lo que parecía una noble intención terminó despertando una reacción inesperada. Tormento, visiblemente incómodo, lanza una frase que lo dice todo: “¿Y el sueldo me lo vas a pagar tú?”

Alexandra, consciente de cómo sonaría su gesto, le responde sin rodeos: “Sí, de hecho suena bastante feo… Pero no te pongas orgulloso”.

Pero él no lo toma como una cuestión de ego. “No es orgullo. ¿Por qué no eres honesta conmigo y me dices que lo que te molesta es que yo esté acá trabajando en estas cosas?”, la increpa, dolido por sentirse menospreciado.

Alexandra defiende su postura

La ejecutiva, sin perder la compostura, le explica que su molestia no tiene que ver con el tipo de trabajo que hace, sino con el entorno que los rodea: “A mí lo que me incomoda y me molesta es que te hagan la guerra por estar conmigo. Me parece injusto. Sobre todo, considerando lo gran domador que eres”.

Aun así, Tormento se mantiene firme en su decisión.

El amor no basta: Tormento rechaza la ayuda

Con palabras directas, Tormento deja claro que no quiere sentir que depende de nadie, ni siquiera de la mujer que ama: “Sí, yo amo los caballos, pero te amo a ti. Y si tengo que andar pintando paredes o arreglando cañerías, por estar contigo, me da lo mismo. Así que muchas gracias, pero no. No necesito que me andes financiando la vida y que le demos en el gusto a todos los que están diciendo que yo estoy contigo por interés”, sentencia.

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Y finaliza su discurso apuntando al verdadero obstáculo entre ellos: “Me importa lo que diga tu papá”.