Soledad Onetto recordó con emoción su paso por el Festival de Viña junto a Felipe Camiroaga y reveló por qué los considera “los animadores más elegantes”.
En una conversación llena de nostalgia, la periodista Soledad Onetto recordó su inolvidable experiencia junto a Felipe Camiroaga en el Festival de Viña del Mar, destacando la complicidad profesional que compartieron y el impacto que él tuvo en su carrera.
La comunicadora fue invitada al programa La Última Palabra de Zapping Not TV, conducido por Bernardita Cruz, donde abrió su corazón y habló sobre aquellos días en los que compartió escenario con el fallecido animador.
“Felipe era la gran estrella, el mejor animador de Chile”
Durante la entrevista, Onetto se sinceró sobre lo que significó trabajar junto a Camiroaga en uno de los escenarios más importantes del país.
“Él era la gran estrella, Felipe era la única estrella que había en ese momento… Y para mí va a ser siempre el mejor animador de Chile, por lejos”, confesó con emoción.
La periodista relató que esa diferencia de protagonismo, lejos de incomodarla, le permitió disfrutar de la experiencia.
“Como todos los focos estaban puestos allá, yo dije ‘perfecto, esta cuestión no me puede quedar más cómoda’, porque esa atención, que era algo que yo no quería… se va hacia allá”, recordó entre risas.
Con su característica disciplina, Onetto comentó que decidió concentrarse en lo que mejor sabía hacer:
“Por otro lado, yo dije, ‘me voy a aferrar a mi arma que es lo yo sé, conocimiento, preparación en el escenario’”, añadió.
“Fuimos los animadores más elegantes del Festival”
Onetto también destacó la elegancia que ambos proyectaron sobre el escenario de Viña, una cualidad que —aseguró— marcó la diferencia en su época.
“Hemos sido los animadores más elegantes del Festival de Viña”, afirmó sin dudar.
A su juicio, parte de ese encanto estaba en la mística de la televisión de aquellos años.
“Probablemente porque yo tengo esa resonancia de los tiempos antiguos, donde la televisión era probablemente más importante, donde el Festival era más estelar, el vestido tenía que ser muy… el vestido no lo conocía nadie, no aparecía hasta que uno aparecía en pantalla… y había dos vestidos por noches”, explicó.
Hoy, reconoce que la industria ha cambiado: “Hoy en día es diferente… hay una simbología diferente”, reflexionó.
“Felipe era mi escudo de protección”
Finalmente, Onetto recordó el lado más humano de su compañero, destacando la seguridad y apoyo que él le brindaba durante el certamen.
“Felipe tenía esa estampa fabulosa y era muy protector; yo siempre iba detrás de él, como que yo sentía que aquí está mi escudo de protección”, confesó con ternura.
Con esas palabras, Soledad reafirmó el cariño y la admiración que sigue sintiendo por el animador, con quien protagonizó una de las etapas más recordadas en la historia del Festival de Viña del Mar.