Andrea Molina dejó atrás la TV y la política para impulsar una vida ligada al bienestar, el emprendimiento y su rol como madre.
Andrea Molina fue uno de los rostros más emblemáticos de la televisión chilena en los años 90. Su presencia, talento y cercanía la llevaron a convertirse en una figura habitual en distintos espacios de la pantalla chica. Hoy, lejos de cámaras y del mundo político, muestra una vida completamente renovada, enfocada en el bienestar, los hábitos saludables y el acompañamiento a sus hijas.
De ícono televisivo a figura versátil
La recordada actriz y animadora comenzó a ganar notoriedad gracias a Las historias de Sussi, adaptación televisiva inspirada en la película de Gonzalo Justiniano.
Posteriormente consolidó su lugar en la conducción con Hola Andrea, programa de conversación de Mega centrado en temáticas sociales.
Su carrera también incluyó espacios estelares como Lunes sin Falta, donde compartió escenario con Raúl Alcaíno y Álvaro Salas.
Además, representó a Chile como Miss Internacional 1991 en Tokio, dejando en claro que su carisma traspasaba formatos y fronteras.
Un paso por el servicio público
En 2010 sorprendió con un giro profesional: asumió como diputada por el entonces distrito 10 de Valparaíso, cargo que ejerció hasta 2018.
Durante ese periodo integró comisiones ligadas a asuntos sociales y medioambientales, y más tarde dirigió la Corporación de Fomento y Desarrollo de La Florida.
En 2021 intentó llegar a la alcaldía de Viña del Mar, aunque finalmente fue derrotada por Macarena Ripamonti.
Una nueva etapa centrada en el bienestar
Hoy, Andrea Molina mantiene un perfil distinto, alejada de los escenarios y de la política. Desde Instagram —donde se define como “mujer, mamá, emprendedora y siempre positiva”— comparte reflexiones, mensajes de autocuidado y contenidos vinculados al bienestar.
Emprendimiento y vida familiar
La exanimadora también promociona productos coreanos de belleza y cuidados de la piel, reforzando su faceta ligada al emprendimiento.
En su vida personal, se ha dedicado a acompañar a sus hijas Noelia, de 26 años, y Laura, de 19, quien se abre camino en el modelaje como parte de Elite Models.
Andrea Molina transita hoy un camino más íntimo y reflexivo, lejos del frenesí televisivo que alguna vez marcó su carrera, pero manteniendo la energía y cercanía que siempre la caracterizaron.

