Un complejo y angustiante episodio vivió el periodista Roberto Cox mientras realizaba labores periodísticas en la frontera entre Colombia y Venezuela. El comunicador reveló que fue retenido por la Dirección General de Contrainteligencia Militar venezolana cuando se preparaba para despachar para el programa Contigo en directo, de Chilevisión.

El relato fue entregado ya de regreso en Chile, donde Cox decidió contar públicamente lo ocurrido tras varios días de silencio.

El operativo que terminó en una retención

Según explicó el periodista en Contigo en la mañana, el hecho ocurrió el jueves pasado, luego de realizar un contacto televisivo desde la zona fronteriza. Tras ese despacho, él y su camarógrafo optaron por trasladarse hasta el puente Francisco de Paula Santander, un punto menos concurrido.

Sin embargo, al ingresar en vehículo al sector venezolano, se encontraron con un control militar ubicado justo al final del puente, lo que les impidió retroceder.

“Ahí, el punto de control venezolano está justo cuando termina (el puente). Entonces, una vez que ingresas en auto, no puedes dar una vuelta en u, tienes que llegar hasta el final y pasar por el control”, relató Cox.

La revisión que encendió las alertas

Al llegar al control, los funcionarios comenzaron a inspeccionar el vehículo y el equipamiento del equipo periodístico, identificando rápidamente que se trataba de trabajadores de prensa.

“Nos empiezan a revisar el auto, los equipos, y se dan cuenta de inmediato de que teníamos cámara, micrófonos, la mochila que usamos para transmitir. Obviamente, estábamos trabajando para un medio de comunicación”, explicó.

No obstante, la situación se tensó aún más cuando los uniformados advirtieron que el camarógrafo había registrado imágenes durante la fiscalización.

“Se dieron cuenta de que nuestro camarógrafo había grabado un video de cuando nos estaban registrando”, señaló el reportero.

“Las 6 horas más largas de mi vida”

Tras detectar la grabación, el trato de los funcionarios cambió radicalmente. Exigieron revisar el celular del camarógrafo y tomaron una decisión que marcó el momento más crítico del episodio.

“Ahí cambia la actitud completamente, no les gustó. Pidieron ver el celular del camarógrafo para observar qué habíamos grabado”, recordó.

Luego vino la orden más inquietante:
“Nos dicen que teníamos que ir al cuartel militar que está en la frontera. Ahí empezaron las 6 horas más largas de mi vida, porque pensábamos que no íbamos a volver a la brevedad, a Colombia o a Chile”.

El silencio hasta volver a Chile

Roberto Cox explicó que decidió no revelar lo ocurrido hasta estar fuera de Venezuela y ya de regreso en territorio nacional.

“Tomamos la decisión de contarlo ahora, que ya estamos de vuelta. Es una situación que defino, sin exagerar, como uno de los peores días de mi vida”, confesó.

Sin agresiones, pero bajo presión

El periodista aclaró que ni él ni su camarógrafo fueron golpeados durante la retención y que finalmente les devolvieron todos sus equipos de trabajo. Sin embargo, el procedimiento incluyó registros audiovisuales y la firma de un documento.

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Según detalló, las autoridades los grabaron y les exigieron firmar un papel en el que dejaban constancia de que no habían sido maltratados, cerrando así un episodio que, aunque sin violencia física, dejó una profunda huella emocional en el comunicador.