Eduardo “Guayo” Riveros reapareció y contó cómo es su vida lejos de la TV: trabaja en el negocio familiar y confesó cuánto extraña las cámaras
Lejos de las luces y los estudios de televisión, Eduardo Riveros, más conocido como “Guayo”, vive hoy una etapa completamente distinta. El histórico comunicador habló sin filtros sobre su presente en el reciente capítulo de Only Fama, donde repasó su vida tras su salida definitiva de los medios en 2015.
A casi una década de aquel quiebre, Riveros sorprendió al contar en qué está actualmente y cómo ha enfrentado este profundo cambio personal y profesional.
De la televisión a la cocina: su nueva rutina
Hoy, Eduardo Riveros trabaja en el local de comida árabe Naifi, negocio que pertenece a su esposa desde hace más de 20 años. Allí cumple distintas funciones, muchas de ellas alejadas por completo del mundo televisivo.
“Lo que hago es pelar papas, a veces tengo que pelar 100 papas”, relató con honestidad, describiendo su día a día en el local familiar.
El contraste que aún le cuesta asumir
Durante la conversación, el locutor reconoció que el cambio no ha sido fácil. En especial, porque mientras realiza tareas cotidianas en la cocina, no puede evitar recordar su pasado frente a las cámaras.
“También estoy pensando en que a esa hora que estoy pelando papas, a mí me estaban maquillando para ir a hacer el trabajo que hasta el día de hoy yo amo, que es el micrófono y las cámaras. Entonces, se me produce un cortocircuito ahí que he tenido que superarlo a través de mi mente”, confesó.
Ocho años apoyando el negocio familiar
En el espacio de Mega también detallaron que Riveros lleva cerca de ocho años colaborando activamente en el local, aunque no siempre de cara al público.
“También participó apoyando el negocio, no directamente atendiendo, sino que haciendo la pega de comprar. Mi trabajo es comprar, en los supermercados (…) todos los insumos”, explicó.
El valor emocional detrás del esfuerzo
Pese a que admite que aún le pesa estar lejos de la pantalla chica, Eduardo Riveros aseguró que su rol actual le genera una satisfacción profunda, sobre todo por el esfuerzo que hay detrás del emprendimiento familiar.
Estar en la cocina, señaló, “me produce una satisfacción muy grande, especialmente por Elena (su esposa), este es un negocio que se hizo a pulso”.
Una mirada crítica a su pasado en televisión
El comunicador también hizo una reflexión sobre su etapa en los medios y cómo, en ese momento, no dimensionaba el impacto que tenía en la audiencia.
“En esa época no me daba cuenta, solamente quería realizar mi trabajo de la mejor forma posible (…) No sopesaba toda la imagen potente que uno puede tener ante la gente, ante el público”, afirmó.
Un mensaje final al público
Para cerrar, Eduardo “Guayo” Riveros quiso dedicar unas palabras a quienes lo acompañaron durante años frente al televisor, agradeciendo el cariño recibido.
Finalmente, aprovechó la instancia para “agradecer al público, porque la verdad que siempre el público, en términos de sintonía, me trato bien”.
Un testimonio honesto y humano, que muestra el lado menos visible de una figura clave de la televisión chilena y cómo ha debido reinventarse lejos de las cámaras.
