IMPACTO: El detalle que Julio César notó al instante en Álvaro Ballero y que revela su etapa de “negación” tras la separación

Álvaro Ballero habló del duelo tras su separación, el significado de la argolla y el mensaje que dejó para quienes aún pueden salvar su familia.

Álvaro Ballero

La visita de Álvaro Ballero al programa Primer Plano dejó uno de los testimonios más crudos del último tiempo. Frente a Julio César Rodríguez, el exchico reality se permitió mirar hacia atrás y ponerle palabras a un quiebre que aún duele.

Un duelo que sigue abierto

Lejos de los titulares, Ballero explicó que la separación de Ludmila Ksenofontova no significó el fin del vínculo familiar, aunque sí un cambio difícil de procesar.

“La familia sigue existiendo, pero de otra forma, y eso me cuesta mucho entenderlo”, reflexionó en pantalla, marcando el tono de una conversación íntima.

La argolla como símbolo

Durante la entrevista, Rodríguez reparó en un detalle que no pasó inadvertido: el anillo de matrimonio seguía en la mano de Ballero. El propio invitado confirmó que aún lo usa y explicó por qué.

“Sigo legalmente casado. A veces me la saco, a veces la llevo puesta… Es que, para mí, el matrimonio es algo para toda la vida. Yo no concibo el matrimonio de otra forma y quizá por eso vivimos el luto sin darnos cuenta”, analizó.

A eso sumó una reflexión sobre los últimos años de la relación: “los últimos años fueron muy duros y yo, con la convicción de que era para toda la vida, no importaba que prácticamente estábamos siendo desconocidos el uno del otro… Por eso la argolla no me la saco. Es sumamente importante y por eso fue muy duro al comienzo”.

Mirar el futuro, todavía cuesta

Cuando el conductor le preguntó si se imaginaba rehaciendo su vida con otra persona, la respuesta fue directa: “Por ahora no. Lo veo lejano. No lo veo pronto, siquiera”.

Más complejo aún fue abordar la idea de ver a su exesposa iniciar una nueva relación. “En esta etapa no”, dijo sin rodeos.

Las etapas del duelo

Ballero reconoció que sigue atravesando un proceso emocional intenso:
“Uno pasa por distintas etapas del duelo y quizá tener la argolla todavía es parte de la negación, y todavía estoy ahí, uno no acepta que está ocurriendo esto. Después del duelo y la tristeza profunda, viene la aceptación, y espero vivirla con tranquilidad”.

Pese a todo, tuvo palabras de respeto hacia Ludmila: “Si ella quiere rehacer su vida, que lo haga. Es una mujer maravillosa y tiene todo el derecho”.

El mensaje que más le dolió

Uno de los momentos más difíciles que recordó ocurrió poco después de la separación.
“Un día, mi hija más regalona me escribe por WhatsApp y me dice ‘papá, la mamá se sacó la argolla’… Llevábamos un mes y cinco días separados”, confesó, reconociendo el impacto emocional de esa señal.

Con el tiempo, entiende que el final se fue anunciando de a poco: “Fueron señales que se fueron dando de manera normal, como en toda relación que se termina”.

Navidad juntos y un consejo final

Pese al quiebre, ambos lograron acordar pasar Navidad con sus cuatro hijos. Año Nuevo, en cambio, lo vivirán por separado. Ballero aseguró que la relativa calma que siente hoy se debe, en gran parte, al acompañamiento terapéutico y a la intención de mantener una relación sana por el bienestar de los niños.

Antes de despedirse, dejó un mensaje cargado de emoción, pensando en quienes aún están a tiempo de evitar una historia similar:
“Si tienen una mujer maravillosa, atesórenla, cuídenla. No cometan los mismos errores que cometí yo”.

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