Paula González predice, desde la numerología, que Nicolás Maduro no seguiría en el poder en 2026 y fija un posible mes clave.
En su regreso a la televisión, la tarotista Paula González volvió a captar la atención con una serie de lecturas enfocadas en líderes políticos de alta exposición. Entre sus vaticinios, uno de los más comentados apuntó al futuro del mandatario venezolano Nicolás Maduro, cuyo ciclo —según la numerología— tendría fecha de término durante 2026.
Un regreso a pantalla con predicciones políticas
La especialista retomó sus análisis públicos tras un período fuera de la TV y, además de referirse al escenario local, abordó figuras internacionales. En ese marco, su lectura sobre Venezuela generó impacto por la precisión temporal que entregó.
¿Qué dicen los números sobre Nicolás Maduro?
Para elaborar su predicción, Paula González explicó que trabajó con la fecha de nacimiento del mandatario: 23 de noviembre de 1962, desglosando cada número desde la numerología.
La lectura número a número
“El 62 es la autoridad. Quienes han nacido este año pueden tener grandes problemas legales o materiales. El 23 es el Labrador, son personas que deben trabajar mucho tiempo para conseguir lo que buscan. El 11 (noviembre) es el Intelecto y son quienes o, tienen mucha objetividad o carecer de ella”, detalló.
Luego, avanzó hacia el cálculo del año entrante y su impacto directo en el ciclo del gobernante.
“Si el 26 (año nuevo) lo sumas, te da un 8, tú le sumas el 5 (dígitos sumados de 23, día de nacimiento de Maduro) te da 13, el número de los Cambios. Para el próximo año, este personaje no debería estar en Venezuela”, afirmó, sorprendiendo al panel.
La posible fecha de salida del poder
La tarotista fue más allá y acotó un período específico para ese desenlace político. Según su lectura, el momento clave tendría un margen claro dentro del primer tramo del año.
Indicó que la fecha tope para que Nicolás Maduro deje la presidencia “puede ser abril, si es que no son 4 semanas más partiendo el 2026”.
Con esta predicción, Paula González volvió a instalar el debate sobre el futuro del poder en Venezuela, mezclando numerología, política y expectativas en un escenario regional altamente tensionado.