Una fuerte controversia se instaló en el mundo del espectáculo luego de los comentarios emitidos por Sergio Rojas sobre la adopción y la exposición pública de Benji, el hijo menor de Rafael Araneda y Marcela Vacarezza.

Sus palabras no solo generaron rechazo inmediato, sino que también abrieron un debate profundo sobre los límites éticos al hablar de infancia, adopción y diversidad en espacios mediáticos.

Los dichos que encendieron la polémica

El conductor cuestionó públicamente las motivaciones detrás de la adopción, planteando una reflexión que fue ampliamente criticada por la forma y el fondo del mensaje.

“Yo no llevo a un niño de color vestido de una familia, de gente rubia y ojos estrepitosos. A mí me duele la guata. La línea entre tener un hijo porque es un bien para el niño, o para vanagloriarse, o para hacerse cariño al alma, para sentirse buenos y generosos, es muy delgada“, expresó Rojas.

La frase fue considerada por muchos como una transgresión directa al resguardo que debe existir cuando se habla de menores de edad, especialmente en contextos de adopción.

El debate que se abrió en la farándula

Las declaraciones rápidamente se replicaron en distintos programas y plataformas, generando opiniones divididas. Sin embargo, una de las reacciones más duras vino desde el análisis periodístico, donde se cuestionó no solo el contenido, sino también el trasfondo de los dichos.

Alejandra Valle acusa racismo sin matices

Fue la periodista Alejandra Valle quien abordó el tema de manera directa en el programa La voz de los que sobran, calificando las palabras de Sergio Rojas como profundamente problemáticas.

“Él está hablando de un niño y hablar de las razones que tuvieron sus padres para adoptarlo, me parece irresponsable, y luego agrega un comentario que solo habla de racismo, gente rubia de ojos azules y que tienen a una persona negra en su familia, de color habla él. Sí el niño es haitiano, pero yo solo veo amor en esa familia. Esta crítica no tiene lugar, a los niños no se les debe exponer. Hay un profundo racismo de la persona que emite los dichos“, afirmó.

Sus palabras fueron respaldadas por múltiples voces que coincidieron en que la discusión cruzó una línea sensible, donde la infancia debe estar siempre protegida del juicio público.

Una discusión que reabre límites éticos

El episodio volvió a poner sobre la mesa el rol de los comunicadores y la responsabilidad que implica opinar sobre temas tan delicados. Para muchos, más allá de la intención declarada, el foco debe estar en resguardar a los niños de cualquier tipo de exposición que pueda dañarlos o estigmatizarlos.

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Mientras el debate continúa, el consenso transversal apunta a una idea clara: el amor, el cuidado y la protección deben estar siempre por sobre cualquier análisis mediático.

 

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