Después de meses de controversia y tensión, el caso que involucra al delantero de la Universidad Católica, Nicolás Castillo, y al entrenador de básquetbol Isaac Arévalo parece haber llegado a un punto de resolución. La jueza a cargo del caso ha decidido suspender el procedimiento después de que se llegara a un acuerdo entre las partes involucradas.

La polémica se desató a finales del año pasado cuando Arévalo acusó a Castillo de agresiones físicas y verbales durante un altercado en los alrededores de San Carlos de Apoquindo. La denuncia fue presentada y el caso formalizado, generando un intenso debate en el ámbito deportivo.

Según los informes de Radio Bio Bio, la jueza decidió suspender el caso después de que Castillo aceptara la prohibición de acercarse a Arévalo y se comprometiera a compensar los daños causados al uniforme del entrenador.

La situación se complicó aún más cuando la Fiscalía ofreció inicialmente la suspensión condicional del procedimiento por un año, junto con una multa de 150.000 pesos y la prohibición de acercarse a la víctima, una oferta que el abogado de Arévalo rechazó.

El representante legal del entrenador buscó reformalizar el caso bajo la ley “Estadio Seguro” y solicitó una indemnización de 5.000.000 millones, lo que llevó al tribunal a tomar la decisión de suspender el procedimiento.

Como parte del acuerdo, Castillo deberá cumplir con la orden de alejamiento de Arévalo y pagar una suma de 15.000 pesos como compensación.

Con esta resolución, el delantero de la Universidad Católica podrá cerrar este capítulo controvertido que lo mantuvo en el centro de atención durante varios meses, mostrando además arrepentimiento por su participación en el incidente.