Esteban Paredes estalla en Colo Colo: “Hay pendejos que no le han ganado nada a nadie y…”
Esteban Paredes criticó con dureza a los jóvenes de Colo Colo por su actitud. Vidal lo invitó a su programa y hubo frases que no pasaron desapercibidas.
Arturo Vidal y Esteban Paredes, dos referentes de Colo Colo, compartieron pantalla en el programa El Reinado. La conversación estuvo marcada por recuerdos, risas y, sobre todo, críticas sin filtro.
Vidal aplaude la figura de Paredes
El “King” no escatimó elogios para su excompañero de selección y camarín. “El ídolo tiene que ser así siempre, pero también proteger cuando las cosas no salen bien”, afirmó Vidal, destacando la actitud reservada pero siempre constructiva del máximo goleador del fútbol chileno.
“Esteban nunca habla, siempre está dando un consejo. No está criticando. Esas cosas se valoran y afuera es así: los ídolos tienen permiso para entrar y los jugadores se tienen que maravillar con verlo a Esteban. Los delanteros chicos”, agregó.
Paredes se lanza contra los jóvenes del plantel
Pese al ambiente distendido, Paredes no dudó en apuntar a las nuevas generaciones del Cacique. “Hoy hay pendejos que no le han ganado nada a nadie y son más agrandados que la chucha”, declaró con total honestidad, dejando en claro que no se siente cómodo volviendo al camarín por esa razón.
Motivos para mantenerse al margen
“Por eso no me gusta incomodar, no quiero entrar”, confesó el legendario artillero. Aseguró que lo hace por respeto y porque no se siente bienvenido por todos: “Siempre con permiso porque así tiene que ser. Yo podría entrar, pero no me gusta molestar”.
Vidal y otros lo quieren de vuelta
No solo Vidal lo quiere de vuelta. Paredes reveló que “Esteban Pavez también me dice. Y Wilson Ferrada”, haciendo referencia al capitán del equipo y al jefe del cuerpo médico de Colo Colo. Ambos le insisten para que vuelva a ser parte activa del grupo.
Una visión clara sobre el legado
Esteban Paredes, con su estilo directo, dejó en evidencia una tensión latente dentro del camarín albo. Su mensaje fue claro: el respeto no se impone, se gana.