Un ciudadano ucraniano contó un estremecedor relato en medio de la guerra que vive su país, tras la invasión de Rusia.
Su nombre es Dmytro Svyrydenko, un joven ucraniano de 30 años, quien relató lo que se vive en el país europeo, que enfrenta la invasión por parte de las tropas rusas.
“Nadie se lo podía imaginar, el miércoles yo estaba en una oficina, luego el jueves me desperté a las seis menos cuarto, escuchando un bombardeo bastante fuerte”, contó a Radio Bío Bío de Temuco.
Luego agregó “tengo un niño de un año y siete meses, me pedía salir a la calle. Salimos unos 15 minutos y escuchamos un avión que pasaba por arriba”, agrega.
En la entrevista el hombre dijo que el problema además es que durante los últimos días el cielo ha estado nublado, por lo que no era posible saber si se trataban de aeronaves enemigas.
Por tanto, tomaron la decisión de irse al pueblo donde vive la familia de su esposa.
“Los niños están muriendo, nuestras madres, nuestros padres, nuestros abuelos, y esto la verdad nos da mucha pena, nunca nos hubiéramos imaginado que esto podría pasar”, agrega.
También dice que “cuando pasó todo esto, había muchísimas colas en los supermercados, en gasolineras, en farmacias, ahora se estabilizó un poco, pero hay toque de queda”.
“Intentamos trabajar, pero si hay una alerta de avión lo único que se puede hacer es correr a los búnker que tienes cerca o ir a las bodegas que están bajo tierra, es lo único donde puedes estar a salvo”, suma.
Enseguida añade que “esto puede pasar hasta 10 veces al día y lo mínimo que puedes estar ahí es de unos 25 minutos hasta 2 o 3 horas”.
“Todos estamos cansados, pero con buenas esperanzas hasta lo último defendiendo a nuestro país”, asegura.
Servicios básicos
El ucraniano indica que no en todas las provincias cuentan con electricidad y agua potable. Pero de todas maneras, ha podido estar en contacto con sus padres.
“Cuando tienen un par de barritas de señal, salen a comunicarnos que todo está bien, que están vivos y que están escuchando los tiros, pero que no se van dar por vencidos y que van a estar hasta el último”, refiere.
“Ahora las carreteras no son tan seguras a la hora que te encuentres con el enemigo, hemos visto muchos casos cuando han disparado a la gente, incluso cuando han mostrado la bandera blanca”.
“No te puedes arriesgar y yo no estoy para arriesgar la vida de mi mujer y de mi niño, para ir estos 700 kilómetros que es lo mínimo que estamos de la zona de frontera”.
“A veces tengo miedo, porque tengo un niño de un año y siete meses, y es mi primera y más importante preocupación en este momento. y la única razón por la que no estoy defendiendo con armas en la frontera en la zonas calientes”, finaliza en la entrevista para el citado medio.
