En el norte chileno los migrantes que ingresan al país abundan, y la salud de niños que acompañan a sus padres en la travesía se ve seriamente comprometida.
Este jueves, mientras extranjeros denuncian no recibir la atención debida; una madre suplicaba saber el estado de salud de su hijo de dos años de edad, quien había sufrido convulsiones y quedó inconsciente.
Se conoce que la mujer había llegado con su hijo a Colchane el día miércoles. La familia durmió a la intemperie esa noche con varios grados bajo cero, habían pasado horas sin comer, y por ello el niño se desvaneció, según relata Meganoticias.
Ángel Carucho, padre del menor, declaró: “Se complicó cuando sus ojos se fueron hacia arriba y no respondía, se desmayó y lo trajimos de urgencia. Él nunca se ha enfermado… pudo ser el frío o deshidratación, porque no hemos comido mucho”.
Entre el desespero y lágrimas, Carucho agrega: “Mil disculpas, sabemos que estamos invadiendo un espacio que no deberíamos, pero la necesidad es lo que nos obliga”.
El menor fue estabilizado y trasladado a Iquique.
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El caso de la familia Carucho no es el único de miles de migrantes que se dirigen a Chile para una mejor vida, y quienes sufren los estragos de la crisis migratoria con mayor ahínco son los niños, quienes se exponen a duras temperaturas, comen y duermen muy poco en el transcurso del trayecto.
María Isabel, extranjera que llegó con sus dos hijos a Chile; asegura que sin duda alguna la parte mas dura es para los menores: “Para los niños ha sido lo más difícil. Necesitamos urgente que nos atiendan, que los médicos puedan atender a los niños. No tenemos espacio para estar”.
Migrantes se protegen de las condiciones climáticas que han azotado al país, refugiándose en carpas: “Muchos no sabían sobre la situación. Ayer muchos estaban sorprendidos, porque dicen que acá no llueve con frecuencia, pero llovió con granizos. Fue horrible, mucho frío y hay casos de personas adultas y niños con hipotermia”, relata Estephanie Vargas, también migrante.