"Estamos en una guerra de verdad": Doctor Glenn Hernández da detalles de desgarradores momentos de pacientes Covid - Central Noticia

“Estamos en una guerra de verdad”: Doctor Glenn Hernández da detalles de desgarradores momentos de pacientes Covid

“Es una enfermedad muy impredecible”, dijo el médico de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital de la Universidad Católica

El médico intensivista Glenn Hernández dio detalles de los momentos que vive una persona contagiada con Covid-19, hasta su muerte, y además del alza de contagios que se registran en el país.

“Un paciente COVID-19 es profundamente más inestable. Eso significa que tienes un paciente con oxígeno casi normal. Lo despiertas, lo ves, piensas que ya puedes sacarle el ventilador y de la nada, pero de la nada, media hora después esa persona está en el infierno”, dijo en conversación con The Clinic.

“Yo me he dedicado 25 años al estudio del shock séptico y he visto muchos pacientes que terminan en ventilación mecánica, pero nunca, nunca me había tenido que enfrentar a algo así. Es una enfermedad muy impredecible”, añadió el médico de la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital de la Universidad Católica.

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“Psicosis transitoria”

El Dr. Hernández también explicó desgarradores momentos que tienen que enfrentar los pacientes con el virus cuando se despiertan en ventilación mecánica. “Les cuesta volver. Hay una turbulencia. Se llama delirio y es casi consustancial a cualquier paciente crítico, pero con el COVID-19 –por alguna razón que la medicina no conoce- es mucho más intenso”, explicó.

“El delirio es como un estado de psicosis transitoria que se pasa, pero en algunos pacientes dura más tiempo y cuesta muchísimo manejarlo”, refirió.

“Todos los equipos de salud tenemos mucha rabia”

En medio de la entrevista, el especialista expresó que los anitarios estan agotados mental, emocional y físicamente. “Tenemos burnout, licencias médicas, síntomas de depresión”, dijo al recordar que hay hasta un 30% de licencias médicas entre los trabajadores sanitarios.

“Todos los equipos de salud tenemos mucha rabia. Esta segunda crisis se pudo haber evitado. Los permisos de vacaciones, los viajes al extranjero, especialmente a Brasil, sabiendo el hervidero de nuevas variantes que hay allá… O sea, hubo muchas cosas que se pudieron hacer de otra manera. Yo soy médico. No soy político, pero aquí se hizo una apuesta que fracasó”, sostuvo.

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En Chile cada 15 minutos una persona muere por COVID-19

“Hubo una falsa sensación de seguridad. Sin duda, primaron intereses económicos cuando se dio permiso de vacaciones. Eso lo estamos pagando ahora. ¿Sabes que hoy se está muriendo un chileno cada 14 o 15 minutos?”, expresó.

“Estamos sometidos a una presión draconiana. Le exigen al sistema sanitario ampliar las camas de UCI sin proveer recursos. Estamos trasladando personal de dermatología para atender pacientes UCI”.

En este contexto, el doctor dijo que “es nuestro deber, es nuestra vocación dar la pelea. Y si nos dicen ‘a la guerra’, nosotros vamos a la guerra. De hecho, iremos a la guerra en las próximas semanas. Porque te aseguro que para el 14 de abril, esto va a estar mucho peor”.

“Se cuida menos y se contacta más”. “Sin duda, la situación va a empeorar. El sistema ya está al límite y vamos a estar sometidos a una presión devastadora”. Así se refirió Hernández a la gente joven.

“Es verdad que los jóvenes tienen más posibilidades de vivir, pero hacen cuadros más activos, con deterioros dramáticos en las primeras horas. No es fácil sacarlos del ventilador. Son procesos largos”, añadió.

“Estamos en una guerra de verdad”

“La experiencia de la intubación es tremenda. Cuando intubamos enfermedades graves, la mayoría de los pacientes llega con poca conciencia o en coma. Pero la mayoría de los pacientes COVID-10 -me atrevo a decir que el 80%- entran al momento de la intubación despiertos, muy lúcidos y con un miedo terrible. Sabemos que al intubar, entras a un terreno impredecible. Puedes terminar muerto, salir en pocos días o estar meses”, contó.

“No dejo de pensar en lo duro que es irse así de solo. Una vez entré a la unidad y habían 6 pacientes pronados. Todos boca abajo. No ves sus rostros. Ves cuerpos conectados a máquinas, cuerpos con cables. Eso deshumaniza más todavía”, relató.

“El morir de un paciente COVID-19, es morir sin abrazos, sin su gente. Mi madre murió hace poco. Se murió en mis brazos y fue maravilloso. Pero ese abrazo no existe con el COVID-19. Y es peor todavía. Tu funeral tiene que ser con medidas sanitarias restrictivas. Ni siquiera una vez muerto te puedes despedir. Esa persona que no vio a su familia durante un mes o más, tampoco pudo ser despedido con un abrazo o con un beso por su gente cercana”.

“Muchos fallecen acá y después viene la repatriación. ¿Has pensando en eso? Una vez tuvimos un paciente de Puerto Montt, muy querido por todos en la UCI. Yo me comunicaba con su familia por zoom. Cuando falleció, lo tuvimos aquí más de dos días. No se podía ir porque el tramite burocrático para llevarse un paciente que falleció de COVID-19 es tremendo. Los vuelos comerciales no los quieren llevar. O sea, los traen en unos aviones top y luego se van de la manera más triste”, finalizó.

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