¿Te vacunaste con AstraZeneca? Revelan el verdadero motivo del porqué fue retirada

La Comisión Europea revoca la autorización de uso de la vacuna AstraZeneca a partir del 7 de mayo de 2024 tras revisión.

AstraZeneca

En un desarrollo significativo en la gestión de la pandemia de COVID-19, la Comisión Europea ha decidido revocar la autorización de uso de la vacuna de Oxford-AstraZeneca a partir del 7 de mayo de 2024. Esta medida fue precedida por la petición de AstraZeneca el 27 de marzo de 2024 para retirar su autorización de comercialización en la Unión Europea. Aunque la prensa ha vinculado este retiro principalmente a los “efectos adversos” como el riesgo leve de coágulos sanguíneos, existen indicaciones de que otros factores también influenciaron la decisión.

El comienzo de AstraZeneca

La vacuna se administró por primera vez fuera de los ensayos clínicos el 4 de enero de 2021 y fue un componente crucial en la respuesta inicial a la pandemia, con alrededor de 2.500 millones de dosis distribuidas y cerca de 6,3 millones de vidas salvadas en ese año. Durante el apogeo de la variante delta del coronavirus, que surgió en la India durante la primera mitad de 2021, la vacuna de AstraZeneca fue vital en la lucha contra el COVID-19, especialmente durante los graves problemas de suministro global.

Los ensayos de fase 3 confirmaron que la vacuna era segura y eficaz, lo que permitió su uso en muchos países europeos, incluida España, a principios de 2021. La comunicación pública sobre los efectos adversos potenciales, como los coágulos sanguíneos, comenzó en febrero de 2021, y el 18 de marzo de ese año, el gobierno del Reino Unido y su organismo regulador de medicamentos reafirmaron su compromiso con la continuación de su uso.

Durante este período de alta incidencia del virus, con aproximadamente 4 millones de nuevos casos por semana a nivel mundial, tanto la Agencia Europea de Medicamentos como la Organización Mundial de la Salud enfatizaron que los beneficios de la vacuna superaban con creces los riesgos asociados. Esta serie de eventos subraya la compleja evaluación de riesgos y beneficios en la administración de vacunas durante una crisis sanitaria global.

El riesgo del Covid-19

Investigaciones recientes han confirmado que el COVID-19 presenta un riesgo significativamente más alto de causar coágulos de sangre y trombocitopenia (bajo recuento de plaquetas) en comparación con las vacunas destinadas a combatirlo. Un estudio detallado realizado en agosto de 2021 en el Reino Unido, que examinó a 30 millones de personas vacunadas, encontró que las probabilidades de sufrir eventos trombocitopénicos (formación de trombos) eran considerablemente mayores después de una infección por coronavirus que tras la vacunación.

Según la Fundación Británica del Corazón, de cada 10 millones de personas vacunadas con AstraZeneca, 66 desarrollaron coágulos sanguíneos en las venas y siete experimentaron un tipo raro de coágulo en el cerebro. En contraste, la infección por COVID-19 se asocia con 12,614 casos adicionales de coágulos sanguíneos venosos y 20 casos de coágulos raros en el cerebro.

Para contextualizar estos datos, los riesgos asociados con la vacuna AstraZeneca son significativamente más bajos que los de muchos medicamentos de uso común. Por ejemplo, la píldora anticonceptiva combinada, ampliamente prescrita a mujeres, tiene un riesgo de formar coágulos de aproximadamente uno en cada 1,000 casos. Similarmente, en pacientes que reciben terapia hormonal posmenopáusica, el riesgo es de uno en cada 300 cada año. Este estudio subraya la relativa seguridad de la vacuna AstraZeneca frente a los riesgos sustanciales que presenta el propio virus.

AstraZeneca enfrenta desafíos de imagen y competencia global

La vacuna de AstraZeneca, aunque ha sido una herramienta crucial en la lucha contra la pandemia de COVID-19, ha enfrentado notables desafíos en su imagen pública, posiblemente de manera injusta. Informes erróneos en Alemania en enero de 2021 llevaron a malinterpretaciones sobre su eficacia, declarando que era “un 8% eficaz en ancianos”. Sin embargo, este porcentaje se refería al grupo demográfico de mayores de 65 años en el estudio, no a la eficacia real de la vacuna.

Adicionalmente, los grupos antivacunas han contribuido a la difusión de información falsa, como los supuestos vínculos entre la vacuna y la infertilidad femenina. A pesar de que el COVID-19 sí incrementa el riesgo de infertilidad, no se ha encontrado evidencia de que la vacuna contribuya a este problema.

En el ámbito legal y de compensaciones, muchos afectados por medicamentos, incluyendo las vacunas, reportan dificultades para acceder a las indemnizaciones. La falta de transparencia en los programas gubernamentales y la desinformación promovida por grupos antivacunas complican aún más la situación para quienes buscan apoyo.

A pesar de su alta calidad, AstraZeneca enfrenta la competencia de otras vacunas como Pfizer y Moderna, que han demostrado mayores niveles de eficacia y seguridad. Los fabricantes superaron las preocupaciones iniciales sobre la logística de refrigeración necesaria para estas vacunas de ARNm, facilitando su uso incluso en países de bajos ingresos y permitiendo actualizaciones rápidas frente a nuevas variantes del virus.

Aunque los pedidos de la vacuna AstraZeneca han disminuido, su papel en la respuesta global a la pandemia ha sido indiscutiblemente significativo y efectivo, destacando su importancia en el arsenal contra el COVID-19 a pesar de los desafíos en la percepción pública.