Las elecciones internas de Renovación Nacional han tomado un nuevo giro con la presentación de las principales figuras que liderarán las dos listas en contienda.
Francisco Orrego encabezará una lista, mientras que la senadora Paulina Núñez liderará la otra, marcando una clara disputa entre un bando más conservador y uno más liberal dentro del partido.
“La decisión está tomada (…) Yo voy en calidad de presidente en la lista, acompañado de Carlos Larraín y Camila Flores (…) Estuvimos conversando con diputados y senadores, pero no llegamos a acuerdo para conformar una sola lista“, sostuvo Francisco Orrego en conversación con La Segunda.
Carlos Larraín, reconocido dirigente político y expresidente del partido, ha confirmado su regreso a la política activa. Después de haberse marginado progresivamente de la vida política desde el año 2013, tras el lamentable incidente protagonizado por su hijo en Cauquenes, Larraín vuelve a tomar protagonismo en la escena política.
“Este es un grupo histórico dentro del partido y decidimos el camino propio. Donde hay una mezcla de experiencia en la construcción de Renovación Nacional por 30 años, y las nuevas generaciones. Todo esto enfocado a renovar los rostros“, detalló Orrego.
“Somos una especie de Patrulla Juvenil 2.0, renovación, pero respetando la tradición (…) Pretendemos representar el ADN de Renovación, que es un partido que se sitúa a la derecha“, agregó.
La contienda interna de Renovación Nacional presenta una lista encabezada por Francisco Orrego, conformada por líderes que se identifican con corrientes más conservadoras. En contraposición, se encuentra la lista liderada por la senadora Paulina Núñez, acompañada por el exministro de Defensa Mario Desbordes y Samuel Valenzuela en roles clave.
Un elemento destacado de la lista liderada por Francisco Orrego es la presencia de figuras que han manifestado simpatía hacia el golpe de Estado y la dictadura, generando atención y controversia. Tanto Carlos Larraín como la diputada Camila Flores han mostrado sus posturas respecto a estos temas.
En una entrevista con The Clinic en 2013, Carlos Larraín expresó que “juzgar al gobierno militar es fácil para los hipercríticos, porque ocurrió el gobierno militar y junto con haber conseguido cosas que han beneficiado al país a lo largo de los años, ocurrieron estas brutalidades, que ya están acreditadas con el informe Rettig”.
“Pero en el otro platillo de la balanza está lo que pudo ocurrir, lo que se evitó con la intervención de las Fuerzas Armadas. Estoy seguro de que yo habría desaparecido del mapa muy rápidamente si es que la izquierda hubiera logrado salirse con la suya“, señaló.
Asimismo, destacó: “no me puedo arrepentir de haber sido partidario de Pinochet. Porque si no hubiera existido la intervención armada, esto se habría convertido en Cuba con la agravante de que estamos aislados“.
“Sé lo que es la vida en los países totalitarios y yo prefiero un gobierno autoritario duro. La dictadura es una institución muy antigua. El gran problema es que la dictadura no fue transitoria como se esperaba“, dijo en otro momento.
Finalmente, sentenció complementado que “sabía los de las violaciones a los derechos humanos y, sin embargo, voté que Sí. Porque creía que iba a venir una tercera etapa con un gobierno constitucional que podía ser una buena forma para garantizar la continuidad de las reformas que se habían hecho“.
