La diputada Gloria Naveillan, del partido Social Cristiano, ha sido objeto de fuertes críticas luego de calificar como “una leyenda urbana” la violencia sexual en la época de la dictadura militar en el país (1973-1990). La declaración fue emitida en el contexto de su voto en contra del proyecto promovido por el Frente Amplio, que condena dicha violencia ejercida contra mujeres. La iniciativa fue aprobada con 71 votos a favor, 35 abstenciones y 15 en contra.

La diputada argumentó sus palabras diciendo que las denuncias no están probadas, y que si se demostrara su veracidad, no tendría problema en aceptarlas. Agregó que no cree que los abusos hayan sido sistemáticos, considerándolos parte de una leyenda urbana.

Estas afirmaciones han sido fuertemente criticadas por figuras políticas, incluyendo a Daniella Cicardini (PS), vicepresidenta segunda de la Cámara de Diputados, y Mercedes Bulnes, diputada independiente de la bancada del Frente Amplio.

Cicardini calificó los comentarios de Naveillan como una “bajeza infinita e indolencia” y señaló que reflejan el peligro del negacionismo para la democracia del país. A su juicio, demuestran que quienes hacen tales declaraciones “volverían apoyar el golpe de Estado y repetirían los mismos horrores. Inhumanidad se llama eso”.

Bulnes, por su parte, lamentó las palabras de Naveillan, afirmando que, por experiencia propia, sabe que el abuso sexual en el contexto de violencia política fue una realidad.

La declaración de Naveillan toca una fibra sensible en la sociedad chilena, ya que la violencia sexual durante la dictadura ha sido un tema ampliamente documentado y reconocido tanto en Chile como internacionalmente. Muchas víctimas han brindado testimonios, y hay sentencias judiciales que han sancionado estos delitos. Por lo tanto, el intento de minimizar o negar estos hechos puede ser visto como una afrenta a las víctimas y a la memoria histórica del país.