Aunque popular, la cerveza puede ser perjudicial para ciertos grupos. Conoce quiénes deberían evitarla por completo y por qué razones.
La cerveza es una de las bebidas más elegidas en reuniones sociales, celebraciones o simplemente para acompañar una comida. Sin embargo, no todos pueden disfrutarla sin consecuencias. Existen personas para quienes su consumo representa un riesgo significativo para la salud, especialmente si padecen ciertas enfermedades o condiciones específicas.
El alcohol y sus efectos en personas con problemas médicos
Uno de los grupos más vulnerables son quienes presentan enfermedades hepáticas. Según Guadalupe Blay, vocera de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), “el alcohol es una de las principales causas de enfermedades hepáticas en el mundo”. Para estos pacientes, consumir cerveza puede empeorar la situación e incluso favorecer el desarrollo de cáncer de hígado.
Hipertensos: riesgo de presión arterial inestable
Las personas con hipertensión arterial también deben tener precaución. Blay advierte que dosis elevadas de alcohol pueden aumentar la presión, y en algunos casos provocan un descenso repentino en las primeras horas tras su consumo, generando alteraciones peligrosas para el organismo.
Enfermedades del corazón: una amenaza silenciosa
El consumo habitual de cerveza también puede ser dañino para quienes tienen problemas cardíacos. La Fundación Española del Corazón alerta que el alcohol puede debilitar el músculo cardíaco, derivando en miocardiopatía dilatada, una condición que reduce la capacidad de bombeo del corazón y puede desencadenar insuficiencia cardíaca.
Salud mental y digestiva: riesgos menos visibles pero igual de importantes
Aunque pueda parecer que “ayuda a relajarse”, el alcohol interfiere gravemente con tratamientos para depresión o ansiedad. La Clínica Mayo explica que no solo choca con medicamentos antidepresivos, sino que a largo plazo intensifica los síntomas emocionales.
Problemas gastrointestinales: gastritis, reflujo y acidez
Las personas que padecen acidez estomacal, gastritis o reflujo gastroesofágico también deberían evitar la cerveza. La vocera del SEMG explica que el alcohol daña la mucosa digestiva y puede ser un desencadenante de la acidez. Desde Midlesex Health agregan que también irrita y desgasta el revestimiento del estómago, aumentando la exposición a los jugos gástricos.
Condiciones crónicas y embarazo: razones de peso para abstenerse
La combinación de alcohol y medicamentos para la diabetes puede tener consecuencias graves. Según la American Diabetes Association (ADA), esto puede provocar hipoglucemia, una baja peligrosa de los niveles de azúcar en sangre.
Celiaquía: el falso “sin gluten”
Las personas celíacas deben tener un cuidado especial, incluso con cervezas etiquetadas como “sin gluten”. La Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de Madrid advierte que algunas bebidas pueden contener trazas no detectables por los análisis estándar, representando un riesgo para su sistema inmunológico intestinal.
Embarazo: ninguna cantidad es segura
En mujeres embarazadas, el consumo de cerveza está completamente desaconsejado. Guadalupe Blay señala que “el consumo de alcohol durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto espontáneo, partos prematuros y bajo peso al nacer”. A esto se suman las advertencias de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que vinculan el alcohol con discapacidades físicas, cognitivas y de comportamiento en el feto.

