En su libro autobiográfico No sabía vivir sin ti, Luis Jara repasa distintos hitos que marcaron su vida personal y profesional. Entre esas historias, una de las que más llama la atención es la experiencia que vivió cuando apenas daba sus primeros pasos en la televisión chilena.

Sus inicios en la TV: un llamado que lo cambió todo

Durante sus años como estudiante, Jara decidió contactar —desde un teléfono público— a la productora responsable del Jappening con Ja. Quien tomó la llamada fue nada menos que Jorge Pedreros, quien ya lo había visto en una participación en televisión.

Pedreros le abre la puerta al mundo televisivo

Gracias a esa conversación, el comediante lo invitó a integrarse a algunos proyectos en TVN. Allí comenzó a figurar en diferentes espacios, muchas veces realizando labores alejadas de su verdadera pasión: el canto. Aun así, aquello le permitió darse a conocer y aprender del medio.

Fue en ese contexto cuando vivió un episodio que nunca olvidó: la imitación que le pidieron hacer de Patricia Maldonado en el programa Sabor Latino, “en el momento en que ella era una de las figuras más importantes del espectáculo y la tele chilena”, recordó en su libro.

El público celebró su presentación:
“La gente me aplaudió de pie. Sentí que el humor estaba muy cerca de mí, pero no era lo quería, lo que buscaba”, reconoció.

La broma que marcó a Luis Jara

La imitación dio pie a una inesperada jugarreta entre Pedreros y Maldonado, que terminó siendo una experiencia traumática para un joven Luis Jara.

El encuentro con Patricia Maldonado

En su relato, cuenta que un día volvió a los ensayos y vio entrar a Patricia Maldonado. La artista lo llamó con gesto serio y le dijo que lo esperaba en la oficina de Pedreros.

Jara recuerda su impresión al enfrentarla:

“Desde mi perspectiva, era una gigante. Al verla, creía que medía un metro noventa porque resultaba impactante, soberbia, con su abrigo blanco y un turbante, con el tono de voz grave y esa cosa altanera suya. Fue terrible”.

El tenso momento en la oficina

Una vez dentro del lugar, Maldonado lo encaró sin filtros.

Según describe:

“Apenas entré a la oficina me comenzó a increpar, enojadísima, diciendo que se iba a encargar de destruir mi carrera. De verdad pensé: ‘Cagué. O sea, esta señora me va a hundir’”.

La situación se volvió aún más angustiante:

“En un momento, subió el nivel de su enojo. Se acercó y me apretó tan fuerte que me puse a llorar y me oriné, no sé si del miedo o del dolor”, relató el cantante.

El giro inesperado

Justo cuando Jara rompió en llanto, Patricia detuvo todo.

Él cuenta:

“Paty paró. Se detuvo. No quiso seguir”.

Más tarde, se enteró de la verdad: había sido víctima de una elaborada broma planeada por Pedreros y respaldada por Maldonado.

La verdad detrás de la escena

El propio cantante relata que la idea nació en una conversación previa entre ambos humoristas:

“Luego supe que era una broma, que todo estaba planeado del día antes, cuando en la oficina de Jorge, él le había preguntado si me había visto en el programa. Ella le respondió que sí. —Oye, ¿por qué no lo engañamos? Yo llamo a este cabro para acá y, cuando te vea, te haces la enojada y lo retas. Ver qué cara pone —le había propuesto Jorge”.

Pero el juego fue demasiado lejos.

El cantante recuerda que Patricia cambió su actitud en cuanto vio lo afectado que estaba:

“Se les fue de las manos. Cuando me lancé a llorar, ella percibió que realmente me había atectado y estaba muy mal. Así que fue hacia donde yo estaba, con ese abrigo de una piel que yo jamás había visto en mi vida, y me abrazó, envolviéndome con ese perfume que tampoco había olido jamás. Me ofreció disculpas, me calmó y me dijo que solo es una broma que te había inventado Pedreros”.

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Y finalmente, cerró con una frase que demuestra lo bien que impresionó a Maldonado en ese entonces:
“‘Espectacular’, respondió ella”, frase que Pedreros compartió cuando habló con ella sobre su actuación en Sabor Latino.