Pamela Díaz cuestiona la exposición televisiva del caso del “hijo olvidado” y llama a mayor responsabilidad en la pantalla.
La exposición mediática del joven que acusó abandono por parte de Mauricio Israel abrió un intenso debate sobre los límites de la televisión. En Hay Que Decirlo (Canal 13), Pamela Díaz ofreció una reflexión que mezcló su rol de comunicadora y su mirada como madre.
El tratamiento del caso en TV genera cuestionamientos
Todo surgió tras analizar la aparición del joven de 25 años en Primer Plano (CHV), instancia donde relató públicamente que Israel —su padre biológico— lo habría abandonado. El panel evaluó lo ocurrido en pantalla y la posible revictimización a la que quedó expuesto, considerando su frágil estado emocional y la compleja historia personal que arrastraba.
Una intervención televisiva que agravó su vulnerabilidad
La discusión se acentuó cuando, en pleno programa, se estableció contacto con el animador Mauricio Israel. Según el análisis del panel, la reacción del conductor habría profundizado el malestar del joven.
La reflexión de Pamela Díaz
Fue en este contexto que Pamela Díaz decidió detener la conversación y ofrecer una visión más personal sobre lo sucedido. “La Fiera” admitió que el caso la afectó especialmente.
Un mensaje desde su rol como madre y animadora
Díaz comenzó señalando:
“Yo veo un chiquillo súper nervioso, que estaba muy atorado, que no podía hablar, súper vulnerable… Entonces aquí la responsabilidad en 50% es de él, porque es un adulto, y el 50% es de un canal”.
Recordó luego el inesperado ingreso de Israel al programa, enfatizando que el joven quedó aún más afectado tras escuchar al animador dirigirse únicamente a Julio César Rodríguez, sin siquiera hablarle a su hijo. Para ella, aquello aumentó su angustia: “mucho más triste que antes, mucho más vulnerable que antes, mucho más expuesto”.
Díaz añadió que, como animadores, a veces se transita una delgada línea entre acompañar al entrevistado y buscar que comparta su historia. Reflexionó:
“Es muy difícil como animador tratar de apoyarlo (al entrevistado), porque tú también quieres que cuente cosas, porque es un morbo tremendo. Por algo todos estábamos viendo la entrevista y nos gusta el tema. Pero si yo tengo hijos, y Julio también tiene hijos, y todos hemos tenido algún tema con nuestros hijos… cuando tú estás animando y los ves que se está atorando, es porque lo está pasando pésimo”.
La conductora subrayó que su análisis no solo nace desde su experiencia profesional:
“Yo lo veo no solo como animadora, sino como mamá también”.
Un llamado a mayor responsabilidad televisiva
Para cerrar, Díaz pidió que la industria sea más cuidadosa con personas que llegan a programas cargando historias dolorosas. Recalcó que se trata de una reflexión personal surgida desde su propia madurez:
“Yo creo que es un tema en el que deberíamos poner un poquito más de ojo, tanto los canales como nosotros quienes estamos haciendo televisión. Es un tema personal, mío, porque hoy me siento un poquito más madura”.

