El portero de Coquimbo Unido, Guillermo Orellana, fue impactado por una verdadera tragedia el pasado 19 de mayo. En esa fecha recibió la terrible noticia de que su hija Alondra, de 18 años, había sufrido un grave accidente mientras cocinaba con aceite. Desafortunadamente, una mala mezcla resultó en quemaduras que abarcaron el 70% de su rostro.
“Cerca de las ocho de la noche ella estaba con su pololo en Santiago, porque estudia Medicina allá, y estaban cocinando una receta que vieron en YouTube… La idea era hacer churros. Pero el video contenía información falsa y todo terminó mal. El aceite le explotó en el lado derecho de la cara. Gracias a Dios, su ojito del lado izquierdo se alcanzó a salvar. Pero se quemó su rostro, toda la nariz por dentro… Fue algo terrible lo que vivió”, expresó el guardameta.
En la actualidad, Alondra se encuentra ingresada en el hospital después de haber sido sometida a una cirugía. “Está con muchos dolores y con una depresión tremenda. Es una niña de 18 años, y que le suceda esto, es como matarle todas sus ilusiones. Su carrera de medicina se verá frustrada por un largo tiempo”, detalló.
En cuanto a los plazos de recuperación, Orellana señaló que “me dijeron que podía tardar entre seis meses a un año para que ella pueda sanar de las quemaduras”.
El arquero también se mostró agradecido. “La gente de Coquimbo, y en general, varios equipos a nivel nacional, han estado pendientes de mi hija organizando rifas y donando camisetas. Me enorgullece haber creado tantas amistades en este tiempo que llevo en el fútbol, hay gente de muy buen corazón. Todo se agradece, lo que están haciendo por mi hija, sobre todo hoy en día, en un mundo difícil y donde cada vez cuesta más colaborar. Hay que sobrellevar esto, nada más”.
