El delantero argentino Alejandro “Papu” Gómez ha sido sancionado con una suspensión de dos años sin poder jugar al fútbol después de arrojar un resultado positivo en un control antidoping realizado en noviembre del año pasado, antes de la disputa del Mundial de Qatar con la selección argentina.
El jugador de 35 años se enfrenta a esta sanción por consumir una sustancia prohibida que se detectó en su organismo durante el control. Según informes de medios como Olé, Gómez sostiene que su resultado positivo fue el resultado de un “accidente doméstico” en el que tomó un jarabe que creía que contenía miel y limón, pero que en realidad contenía la sustancia prohibida terbutalina.
La noticia impactó al mundo del fútbol, y el jugador expresó su preocupación sobre la extensión de la sanción, especialmente teniendo en cuenta su edad, ya que tiene 36 años. El positivo se confirmó unas horas antes de la final del Mundial contra Francia en Qatar, lo que generó temor e incertidumbre en un momento de alegría para el jugador. “Se enteró del positivo a pocas horas de la final del Mundial contra Francia, en Qatar. Con lo cual ya incluso en ese tiempo de alegría sentía temor e incertidumbre. En su momento deslizó la chance de dejar de jugar porque sabía que se podía venir una sanción”, indicó el diario deportivo.
Papu Gómez, que actualmente juega en el Monza de la Serie A italiana, está evaluando las acciones legales que podría emprender junto con sus abogados españoles. Además de su carrera en el fútbol, Gómez también posee un restaurante en Italia, lo que podría ser un respaldo para afrontar los próximos meses en los que no podrá jugar debido a la sanción.