La Universidad de Chile ha experimentado días de intensa disputa, todo debido a la inesperada cancelación del partido contra Cobresal en el Campeonato Nacional, situación que causó revuelo en el ámbito futbolístico.

Los integrantes de los ‘Azules’ han mostrado su descontento con la gestión del gobierno actual respecto a los eventos deportivos, siendo la Universidad de Chile uno de los equipos más afectados por sanciones desde que Gabriel Boric asumió la presidencia.

Un artículo elaborado por AS Chile reveló que, desde el inicio del gobierno en curso, la Universidad de Chile ha enfrentado cinco inconvenientes y/o sanciones relacionadas con diversas acciones gubernamentales hasta la fecha.

El primer incidente significativo para el club ocurrió en marzo de 2022, cuando la Universidad de Chile tenía todo listo para enfrentarse a Unión Española en el Estadio Lucio Fariña de Quillota. La Delegación Presidencial de la región, José Orrego, canceló el partido debido a informes negativos de Carabineros.

El segundo contratiempo tuvo lugar el 16 de octubre de 2022, cuando la Delegación Presidencial de la quinta región y Estadio Seguro decidieron no llevar a cabo el encuentro entre Universidad de Chile y Unión Española, por la semifinal de ida de la Copa Chile previsto en el Estadio Elías Figueroa Brander, alegando que no ‘había tiempo suficiente para organizar el partido’, el cual fue reprogramado para jugarse en Talcahuano semanas después.

Posteriormente, en el Clásico Universitario de 2023 celebrado en el Estadio Ester Roa de Concepción, disturbios causados por los aficionados llevaron a la suspensión del juego, que más tarde se reanudó en el Estadio Santa Laura sin espectadores.

El cuarto inconveniente ocurrió hacia el final de la temporada 2023, cuando la Seremi de Salud y la Delegación Presidencial de la Región Metropolitana cancelaron el partido entre Universidad de Chile y Everton debido a un corte de agua programado en la zona del Estadio Santa Laura.

El último y más severo problema se presentó recientemente, convirtiéndose en el colmo para la directiva de la Universidad de Chile, quienes sintieron que se menospreciaba a la institución con esta decisión precipitada que afecta al club y a sus seguidores.

Después de estos sucesos, en la Universidad de Chile confían en que, tras esta controversia, el gobierno y las autoridades competentes cambien su percepción para prevenir este tipo de problemas en el futuro.