En medio del fulgor de su desempeño en el Midtjylland de Dinamarca, Darío Osorio, la joya emergente del fútbol chileno, se ve envuelto en una encarnizada disputa entre agencias de representación, según revelaciones del reconocido periodista Juan Cristóbal Guarello.

En una reciente emisión de “La Hora de King Kong”, Guarello destapó un conflicto que amenaza con oscurecer el brillante porvenir del joven canterano de Universidad de Chile. Según el periodista, la agencia UnoSports, que poseía los derechos de representación de Osorio, se encuentra enfrascada en una batalla con la agencia Vibra, liderada por Fernando Felicevich, por el control del jugador.

“Darío Osorio es de UnoSports. Los principales dueños eran Pablo Lecrerc y Mauro Valenzuela, que se unieron para enfrentarse con Vibra, que les había levantado a Marcelino Núñez y Alexander Aravena. Pero qué pasó… que Mauro Valenzuela se fue a trabajar con la escudería”, señaló Guarello durante su programa.

El periodista señaló que esta disputa no es un caso aislado, sino parte de una práctica habitual en el mundo del fútbol, donde levantar jugadores de otras agencias es moneda corriente. “Ya la hicieron con Bruni Barticciotto, Gabriel Suazo, Brayan Cortés, Aravena, Marcelino y hasta con Damián Pizarro”, aseguró Guarello.

Sin embargo, el conflicto adquiere mayor relevancia ante la posibilidad de la convocatoria de figuras como Arturo Vidal y Gary Medel a la selección chilena para la Copa América. Guarello plantea la interrogante de si Vidal, en caso de ser llamado y destacarse en la competición, se dedicará a reclutar jugadores en el camarín.

“Puede ser un golpe de gracia. Si Medel y Vidal entran a Pinto Durán, el ataque sobre Osorio va a ser despiadado para que se vaya con Vibra. Y el negocio puede ir de 10 a 18 millones de euros. Y quizás es con pack, porque Mauro Valenzuela es cercano a Paulo Díaz”, cerró Guarello.

Ante este panorama, el futuro de Darío Osorio en Europa se ve enredado en una maraña de intereses, donde las agencias de representación luchan por asegurarse su fichaje, mientras el jugador, según Guarello, parece destinado a ser el protagonista involuntario de esta batalla por su talento.