Simplemente para no creer: Paul Vásquez destruyó su vehiculo pensando que lo embargarían y todo termino en un error del Tribunal - Central Noticia

Simplemente para no creer: Paul Vásquez destruyó su vehiculo pensando que lo embargarían y todo termino en un error del Tribunal

“Tenía un representante que no lo voy a nombrar. Pido que me compre un auto. Entonces, como él cobraba mi sueldo, (le pido) que (él) pagara la cuota del auto”

El comediante Paul ‘El Flaco’ Vásquez contó en el capítulo de este viernes de Podemos Hablar (Chilevisión) como destruyó su automóvil luego de que mientras se encontraba en problemas económicos con su manager, la justicia decidiera erróneamente embargarlo.

El humorista, según detalla BiobioChile, que compartió espacio con los otros invitados Iván Arenas, Claudio Moreno, Juan Alcayaga y Álvaro Salas, habló sobre el problema.

“Tenía un representante que no lo voy a nombrar. Pido que me compre un auto. Entonces, como él cobraba mi sueldo, (le pido) que (él) pagara la cuota del auto”. comenzó.

“Este tipo me empezó a cortar la cola demasiado (…) se atrasan en las cuotas y me llega una notificación de que estoy acusado por apropiación indebida. ¡Una orden de embargo!”, agregó.

Su auto era un V16 al que llamó “Comandante”, que antes de que se efectuara la orden, terminó completamente destruido.

Paul Vásquez: “Con furia y enojado”

Tras la notificación, contó, con su grupo de amigos se fueron al Cajón del Maipo, en la región Metropolitana. “¡Cabros! Mañana tengo que devolver el auto al tribunal porque me lo quitaron. El manager no pagó las cuotas, pero no lo voy a devolver conmo está”.

Su relató continuó con que, en ese momento, comenzó a saltar arriba del capó y sus siete amigos lo siguieron.

“Después, agarrando a patadas al auto, hundiendo la lata, con furia y enojado. Quedó abolladísimo el auto y al otro día, yo cumpliendo tempranito con la citación al tribunal, lo voy a devolver”, afirmó Vásquez.

Tras llegar al Tribunal, no obstante, le avisaron que la orden de embargo había sido un error. “Hubo una equivocación, así es que, señor, se puede llevar su vehículo a la casa”, le dijeron.

“¡Destruido y lo tuve que vender en siete gambas”, cerró la anécdota.

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