Alerta en Chile: Llega hongo brasileño que ataca a gatos puede ser peligroso para las personas

El hongo brasileño puede transmitirse a las personas y hasta ahora se han confirmado 11 casos (10 gatos y 1 perro) en Chile.

Un hongo de origen brasileño, identificado como Sporothrix brasiliensis y que representa un riesgo para la salud de los gatos, ha sido descubierto en Chile.

La Dra. Pamela Thomson, directora del Laboratorio de Microbiología Clínica y Microbioma de la Universidad Andrés Bello, fue quien identificó este organismo en gatos de Punta Arenas, en la región de Magallanes, y en algunos perros de la Región Metropolitana.

Thomson se ha puesto en contacto con expertos de los Centers for Disease Control and Prevention, la agencia de salud pública de Estados Unidos, quienes han estado monitoreando la evolución del hongo. Previamente, se creía que este hongo solo prosperaba en climas cálidos.

La creencia anterior era que el hongo solo se encontraba en Brasil, Argentina y Uruguay. Aunque no está claro cómo llegó a Chile.

Puede ser transmitido a personas

El hongo puede transmitirse a las personas y hasta ahora se han confirmado 11 casos (10 gatos y 1 perro) en Chile, junto con otros 15 casos sospechosos en las regiones Metropolitana y de Magallanes, que están a la espera de confirmación molecular como S. brasiliensis.

Este hongo provoca esporotricosis, una infección que afecta la piel y, en casos de personas o animales inmunosuprimidos, puede presentarse como enfermedad osteoarticular, conjuntival, respiratoria o neurológica.

La Dra. Pamela Thomson explica que, en pacientes felinos sin tratamiento, los signos clínicos se van intensificando. “Las lesiones se extienden por todo el cuerpo, pueden destruir el tabique nasal, afectar el sistema respiratorio y los nódulos linfáticos. Los felinos pierden peso en forma acentuada, se decaen, pudiendo incluso morir”, detalla.

Efectos en seres humanos

En seres humanos, el hongo genera síntomas similares en la piel y, en casos graves, puede afectar el sistema linfático, los ojos, la nariz e incluso los pulmones, especialmente en personas inmunosuprimidas. Se ha registrado un caso de contagio en Punta Arenas que requirió atención especializada.

“Tuvo contacto con un gato antes de que hubiera este diagnóstico”, comenta Thomson.

Una vez infectados, tanto personas como mascotas deben someterse a un tratamiento de cuatro meses. En algunos casos, los animales que inician el tratamiento tardíamente pueden ser sometidos a eutanasia.

Se recomienda evitar el contacto con las secreciones de animales infectados para prevenir la propagación del hongo.