“Tenía los recursos”: Cómo el Golpe Militar afectó el anhelo de la “U” por un estadio propio
El historiador compartió detalles sobre las circunstancias que frustraron este anhelado proyecto
En el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, un episodio trágico que llevó al derrocamiento del presidente Salvador Allende y al inicio de una dictadura militar de 17 años bajo el mando de Augusto Pinochet, se destaca la oportunidad perdida por la Universidad de Chile de construir su estadio propio. Gustavo Villafranca, miembro del Círculo de Historiadores e Investigadores de la Universidad de Chile y socio de la Asociación de Investigadores e Investigadoras del Fútbol Chileno (ASIFUCH), compartió detalles sobre las circunstancias que frustraron este anhelado proyecto, en entrevista con con 24horas.cl.
En la década de 1970, en medio del gobierno de Salvador Allende y con el “Ballet Azul” alcanzando su punto máximo de popularidad, la Universidad de Chile se esforzaba fuera del terreno de juego por lograr la construcción de su propio estadio. El lugar elegido para este estadio era La Castrina, que hoy en día corresponde a San Miguel.
No obstante, a pesar de la determinación y los recursos disponibles, el contexto sociopolítico de Chile desempeñó un papel fundamental en el fracaso del proyecto. Villafranca explicó que a fines de los años 60 se planteó la posibilidad de que Santiago fuera sede de los Juegos Panamericanos en 1975, una primicia histórica que finalmente se materializaría casi 50 años después, en 2023.
En este contexto, Emilio Torrealba, presidente del Club Deportivo de la Universidad de Chile, llevó a cabo un intercambio de terrenos, permutando los terrenos de La Castrina por los terrenos donde actualmente se encuentra el Parque Araucano, en Las Condes. En esta área, se había desarrollado un ambicioso proyecto deportivo y social liderado por el ministro José Tohá y Salvador Allende, quien había sido estudiante de la Universidad de Chile y era un ferviente seguidor del equipo de fútbol. Este proyecto incluía la construcción de viviendas sociales en la Villa San Luis y, por supuesto, la edificación de un estadio en los terrenos del Parque Araucano.
El sueño del estadio propio se desmoronó
Sin embargo, con la llegada del Golpe de Estado y la instauración de la Junta Militar bajo el liderazgo de Augusto Pinochet, el sueño del estadio propio se desmoronó. La dictadura militar se enfocó en la “reconstrucción nacional” y abandonó la idea de los Juegos Panamericanos debido a la falta de apoyo de la Junta. Una de las primeras acciones tomadas por la dictadura fue intervenir en la Universidad de Chile, lo que afectó al Club Deportivo y condujo a la creación de la Corfuch, que otorgó activos mucho menores a la rama de fútbol. Al no recibir el respaldo gubernamental que había tenido en el pasado, la Universidad de Chile comenzó a vender sus activos, incluyendo los terrenos del Parque Araucano a precios muy bajos.
A pesar de que la Universidad de Chile tenía los recursos económicos necesarios, gracias a la venta de jugadores de la famosa generación del “Ballet Azul” al fútbol mexicano, así como la infraestructura y el respaldo gubernamental para construir su propio estadio en el Parque Araucano, el trágico contexto político de la dictadura militar cambió drásticamente el curso de la historia. “Sin dudas es el proyecto del Parque Araucano, porque en ese momento Universidad de Chile tenía los recursos económicos producto de la venta de la última camada del ‘Ballet Azul’ al fútbol mexicano. Fueron muchos los futbolistas que salieron de esa generación, tenían los recursos por la venta de jugadores, tenían los terrenos del club y tenía el apoyo gubernamental. Se dieron las tres condiciones para tener un estadio: dinero, infraestructura y el apoyo de las autoridades. A mi modo de ver, ese es el momento donde se veía más concreto realizarlo”, cerró.
El proyecto del estadio propio en el Parque Araucano es recordado como la oportunidad más cercana que tuvo la Universidad de Chile de ver cumplido su sueño de contar con su propio estadio, con dinero, infraestructura y apoyo gubernamental. Lamentablemente, el Golpe de Estado y la dictadura militar dejaron ese sueño en el pasado.