Catherine Boone, de 49 años, pasó sus últimos días en la calle como indigente, y murió antes de ser encontrada pues recibiría una millonaria fortuna que había heredado en Estados Unidos.
Medios internacionales reseñan que murió a consecuencias de complicaciones respiratorias, mientras deambulaba entre refugios para gente sin hogar y por las calles de la ciudad de Astoria.
No resistió a sus patologías médicas y murió sin recibir $884.407 dólares (635 millones de pesos) que el estado de Oregon le guardaba y que le correspondían legalmente.
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Catherine se crió en Portland y sus padres se separaron cuando ella era muy joven. Tras la muerte de su madre en el año 2016, la mujer recurrió a las drogas, llevándola incluso a vivir en la calle, revela Jack Spithill, su padre.
“Lo atribuyo casi todo a las drogas, pero creo que ella también tenía algunos problemas de salud mental y la combinación de ambos no le funcionó muy bien“, sostiene su progenitor.
“No creo que ella se acercaría a ellos por su cuenta, pero había suficientes personas que podrían haberle brindado algo de ayuda”, agrega.
“Creo que tuvo que ver mi incapacidad para reconocer sus problemas de salud mental. Me di por vencido con ella debido a las drogas y no debería haberlo hecho“, cerró.
Tras el fallecimiento de su madre, se contrató servicios de un investigador privado para encontrarla, sin obtener resultados positivos.
