“No tienen olor ni color”: el enemigo silencioso que puede estar en tu living

Con la llegada del frío, el uso de estufas a gas aumenta y junto con ello los riesgos por intoxicación si no se toman precauciones.

estufas

Tras las lluvias del lunes, las bajas temperaturas no dieron tregua en Santiago, lo que llevó a cientos de familias a encender sus estufas a gas. Aunque estas son una solución práctica, su mal uso puede tener consecuencias fatales.

Una de las mayores amenazas es la intoxicación por monóxido de carbono, un gas invisible, sin olor y altamente tóxico.

El peligro oculto del monóxido de carbono

Este tipo de calefacción puede producir monóxido de carbono cuando la combustión no se realiza de forma adecuada, especialmente en espacios con poca ventilación. La exposición a este gas impide que el oxígeno llegue al cuerpo, generando síntomas como náuseas, dolor de cabeza, mareos y hasta desmayos.

Consejos clave para un uso seguro

Ventila cada espacio

Evita usar estufas en lugares completamente cerrados. Abre al menos una ventana para permitir la circulación del aire.

Revisa antes de encender

Comprueba que la estufa no tenga fugas y que la llama sea de color azul. Una llama amarilla indica una mala combustión.

Úsala con responsabilidad

Jamás la dejes encendida durante la noche o sin supervisión por períodos largos.

No improvises

Descarta mangueras deterioradas o conexiones caseras. Utiliza solo elementos certificados.

Instala un detector

Un sensor de monóxido de carbono puede ser decisivo. Suena cuando los niveles del gas se vuelven peligrosos.

Autoridades piden precaución

Desde la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), insisten en que todos los artefactos a gas deben tener su certificación vigente y usarse con cuidado. En años anteriores, los incidentes por intoxicación aumentaron durante los meses más fríos del invierno.

ÚLTIMAS NOTICIAS

“No se trata de dejar de usar la estufa, sino de hacerlo con conciencia”, recalcan desde la SEC, destacando que una mínima medida de seguridad puede marcar la diferencia entre una noche normal y una tragedia.