Incendios en Viña del Mar: Tragedia ecológica en Chile, mueren 1.300 especies en el Jardín Botánico - Central Noticia

Incendios en Viña del Mar: Tragedia ecológica en Chile, mueren 1.300 especies en el Jardín Botánico

Incendio Jardín Botánico
Devastado casi en su totalidad, el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar

Con 62 fatales consecuencias confirmadas hasta ahora, los devastadores incendios de Viña del Mar en febrero de 2024 se perfilan como una de las catástrofes más severas que han golpeado a Chile recientemente, siendo superados únicamente por el terremoto de 2010 con un trágico saldo de 550 vidas perdidas.

Sin embargo, el impacto de este desastre va más allá de la lamentable cifra de muertos, heridos y hogares destruidos. Las llamas han consumido uno de los tesoros naturales más valiosos de la nación: el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, que ha sido devastado casi en su totalidad, con el 90% de su área consumida por el incendio, incrementando el número de víctimas en cuatro tras el fallecimiento de una trabajadora de horticultura y tres miembros de su familia dentro del lugar.

Este parque, con una historia que se extiende por más de un siglo, inició su camino en 1918 gracias al empresario croata Pascual Baburizza, quien construyó un espléndido jardín en su propiedad El Olivar, el cual fue donado al Estado de Chile en 1951 como centro de investigación agrícola.

El Jardín Botánico Nacional (JBN) albergaba a más de 1.300 especies de flora y árboles chilenos, cultivados para su conservación y, en algunos casos, para intentar reproducir especies en riesgo de extinción.

Dentro de sus confines se encontraba una laguna artificial, hogar de cerca de 50 especies de aves, muchas de ellas raras de ver en su hábitat natural, así como ejemplares de tortugas de orejas rojas.

El recinto ofrecía además una variedad de actividades al aire libre para disfrutar en familia, incluyendo zonas de picnic, áreas para parrilladas, alquiler de bicicletas y senderos para practicar trekking.

La pérdida del Toromiro de Isla de Pascua

Entre las pérdidas más significativas se encuentra la Sophora toromiro, conocida simplemente como toromiro, un arbusto endémico de Rapa Nui, ya extinto en su lugar de origen.

Esta especie, que en su día prosperó en la isla de Pascua, fue reducida por el uso de sus partes como material para utensilios por los nativos, y más tarde por el pastoreo de ganado europeo introducido en los siglos XVIII y XIX, particularmente las ovejas, que se alimentaban de sus hojas y troncos.

Sin oportunidad de regenerarse, el último toromiro en Rapa Nui pereció en 1960.

Hoy, este árbol sobrevive únicamente en colecciones de fundaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza y en colecciones privadas. El Jardín Botánico Nacional destacaba como uno de los principales conservatorios de toromiro en el mundo, con 149 ejemplares reproducidos a lo largo de dos generaciones, además de otros tres traídos directamente desde la Isla de Pascua antes de su extinción.

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